Así será la etapa de Urdax de la Vuelta a España

En la presentación del recorrido de la Vuelta a España llamó la atención el perfil de la etapa con final en Urdazubi. Una etapa de media montaña de las que no abundan en los recorridos de la Vuelta, que encadena tres cotas finales preciosas y que promete dar mucho que hablar.

Aprovechando el extraño buen tiempo del mes de enero, DESDE LA CUNETA se acercó hasta Zugarramurdi para reconocer in situ los últimos kilómetros de una etapa que se adentra en el corazón del Baztán.

Para llegar a la fase decisiva, el pelotón deberá afrontar los tradicionales pasos de Aritxulegi, Agiña y Etxalar, ascensiones, todas ellas, que ha frecuentado la Vuelta al País Vasco en numerosas ocasiones.

La aproximación a Zugarramurdi, se realizará por la misma carretera por la que llegó la Vuelta al País Vasco de 2013, cuando un inspirado Tony Martin dejó sin premio a Gorka Izagirre.

Una vez llegado al pueblo de Zugarramurdi, el pelotón afrontará la ascensión al alto de Urbia. Una subida de poco más de 2 kilómetros a un porcentaje medio superior al 10% que empieza con emociones fuertes. La primera rampa, dejando a izquierda la iglesia, te da la bienvenida a un 18% de desnivel. Si eso no fuera poco, el asfaltado es de hormigón rallado y el traqueteo de la bicicleta unido a la estrechez de la carretera complicará los primeros compases de la subida. Tras 100-200 metros, el asfalto mejora y, a pesar de la estrechez, el embreado es casi perfecto salvo en un par de plaquetas de hormigón (en muy buen estado) y un paso canadiense.

La carretera gana inclinación y a los pocos metros se ve Zugarramurdi “hundido” en el valle con el monte Larrun al fondo. Sin lugar a dudas, el entorno es maravilloso y espectacular, pero los ciclistas no tendrán tiempo de disfrutarlo. A través de dos curvas de herradura, la subida te da tiempo para tomar un poco de aire y afrontar la exigente última recta de unos 300 metros para alcanzar la cima con fuerza.

En el alto de Urbia una escultura en honor a Xareta (la unión de varios pueblos franco-navarros) nos da la bienvenida. Junto a ella, caballos y montañeros disfrutan de la tranquilidad y la belleza del paisaje. En este punto, el estado de la carretera cambia radicalmente y se pasa de un asfaltado prácticamente perfecto a otro en el que la gravilla y los socavones aparecen con frecuencia.

La parte central es una auténtica gymkana que nos lleva, a través de una carretera bastante deficiente y zigzagueante, hasta un precioso valle perdido en lo más profundo del Baztán. La bajada no tiene pendientes pronunciadas hasta que se llega a un pequeño falso llano dominado por dos antiguos caseríos. Una vez superada esta zona, se afrontan 400-500 metros de fuerte pendiente descendiente que finalizan en Obeneko Errota, un antiguo molino que data del año 1816. Ahí, casi sin tiempo a reaccionar, se gira a izquierda y comienza la segunda subida, extrañamente no puntuada por la Vuelta. El estado del firme sigue siendo malo y la pendiente es exigente. Atendiendo a los datos, esta segunda cota (a la que denominaremos Obeneko Errota), cuenta con un kilómetro y medio a una pendiente media superior al 11%, y no tiene descanso. A un inicio violento le siguen unas rampas y una sucesión de curvas que no dan respiro por una carretera saltarina hasta que se llega a la cima.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Sin embargo, no nos espera el descenso una vez superado el tramo más exigente de la subida central. Entraremos en un falso llano de 2 kilómetros hasta llegar a la NA-4453 y acometer la bajada por una carretera que, ahora sí, vuelve a estar un estado impecable. Sigue siendo estrecha y con curvas cerradas, pero perfectamente asfaltada. Si giramos a la derecha en el desvío tomaríamos dirección a Bagordi. En este caso, siguiendo la dirección de la etapa, tomaremos dirección a izquierda y llegaremos al pequeño puente que se asienta sobre un pequeño riachuelo llamado Indarte Erreka. A partir de ahí, comienza la fiesta una vez más. Esta vertiente más desconocida del puerto de Otxondo es una auténtica preciosidad para el desarrollo del ciclismo profesional. Más corta que las vertientes tradicionales de Elizondo o Dantxarinea, los ciclistas deberán afrontar casi 4 kilómetros de subida, de los cuales, los 3 primeros no permiten descanso alguno. Con una pendiente media en esos kilómetros cercana al 10% y rampas tremendamente exigentes, el respiro no llegará hasta que se haya ganado altura y nos acerquemos a la cima a través de la carretera que sale del merendero de Otxondo.

Desde la cima del puerto y con el Gorramendi sobre nosotros, tan solo queda un rápido descenso para llegar a la localidad de Urdazubi, donde se pondrá punto y final a una etapa con un claro aroma ardenero.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *