TOUR DE FRANCIA 2025: PRIMERA SEMANA

Contrariamente a la moda preponderante en los últimos años, este año el Tour no saldrá de sus fronteras en ningún momento, aunque roza la frontera en una primera etapa con salida y llegada en Lille. Es una jornada destinada al sprint, lo que puede hacerla peligrosa, pues mucha gente se verá con posibilidades de ser líder ganando y se meterá en la pelea aunque no quepan todos. Durante el recorrido se subirá una pequeña cota que es clásica de las pruebas de la zona: MontCassel, habitual en los Cuatro Días de Dunkerque.

En la segunda jornada ya tendremos el primer test para los favoritos, aunque sin exagerar, pues se trata únicamente de dos cotas cortas pero de bastante pendiente en los últimos diez kilómetros, Saint-Etienne-au-Mont y Outreau, además de contar también con que la línea de meta está tras otro repecho, más suave que los dos anteriores. Pero, visto cómo se comportan actualmente los favoritos, no sería raro un movimiento suyo de cara a la victoria.

La tercera etapa es una de las incongruencias de este recorrido. El día anterior te has acercado a la costa. Pues al día siguiente vuelve a salir del interior y a seguir un sentido similar al de la jornada precedente, buscando el mar, visitando de nuevo Mont Cassel, pero sin las subidas del final, por lo que es predecible un nuevo sprint, a no ser que aparezca el viento. En el sentido contrario, terminando en Valenciennes, incluso habría opción de meter algún tramo de pavés, pues se pasa por la zona donde se disputa la Paris-Roubaix. En este caso es evidente que el interés puramente deportivo no ha sido el principal motivo en el trazado del recorrido.

Conocedor el Tour de que es necesario animar esas primeras semanas que se hacían tan tediosas, por terrenos además donde es difícil encontrar dificultades orográficas, se ha esforzado buscando cómo dar interés, y para ello ha diseñado una llegada a Rouen, patria chica de Jacques Anquetil, con hasta cuatro cotas en los últimos kilómetros, ya dentro de la ciudad. Una pequeña copia de Lieja que volverá a tensar a los favoritos para la general.

Más aún si tenemos en cuenta que al día siguiente se celebrará la única contrarreloj llana de esta edición, donde será importante salir en cabeza para saber los tiempos de tus rivales. La crono de Caen apenas supera los treinta kilómetros, como viene siendo habitual, y es ideal para rodadores, pues cuenta con escasas curvas, subidas o bajadas.

Los corredores abandonan las cabras para buscar una nueva llegada con algo de picante en los últimos kilómetros, con la Côte de Vaudry a cuatro kilómetros y un final con setecientos metros a más del diez por ciento en Vire Normandie.

Seguimos con los finales movidos con todo un clásico, el Mûr-de-Bretagne, que se ascenderá en dos ocasiones, como hace cuatro años, cuando ganó Van der Poel, en una jornada recordada pues hubo movimiento ya en el primer paso, cuando lo habitual era dejarlo todo para la ascensión final.

Tras tres días de tensión, vuelve cierta tranquilidad camino de Laval, con una etapa llana donde solo las caídas pueden alterar una previsible llegada masiva.

Lo mismo podemos decir de la novena etapa, con final en Châteauroux, aunque en este caso el trazado de los últimos kilómetros, con varios cambios de dirección, puede ser atractivo si sopla el viento.

Tras un importante traslado, la primera semana termina con una jornada de media montaña en el macizo Central, cerca de Clermont-Ferrand, en cuyos alrededores se sitúan las primeras ascensiones del día, antes de dirigirse a la zona de Le Mont-Dore, con un tramo final llegando a Puy de Sancy, también exigente, aunque de menor nivel que, por ejemplo, la etapa del año pasado que terminaba en Le Lioran.