Norte de Kazajistán, Petropavlovsk. La ciudad industrial situada cerca de la frontera rusa fue fundada en 1753 como un puesto avanzado para el ejército del Imperio Ruso. La baña el río Ishim, que desemboca en la capital, Astaná, ciudad que tendrá su protagonismo, aunque más delante.
Allí, en 1973, nació Alexandr, un niño que aún no sabía el poder y peso que iba a tener dentro del pelotón.
Debutante en Casino en 1998 y criado deportivamente en Francia, sus grandes logros iban a tener lugar en las pruebas de más prestigio. Tour, Vuelta, París-Niza, Lieja-Bastogne-Lieja, Juegos Olímpicos, Amstel Gold Race tienen a este bravo ciclista en su libro de honor.
Además de su voluntad y mentalidad hubo un día clave en su carrera, que curiosamente poco o nada tuvo que ver con él. Su gran amigo, Andrei Kivilev, se dejó la vida en la París-Niza del año 2003. Lejos de apenarse por ello, le dio más fuerza para lograr sus sueños. “Parecía poseído”, declaraba uno de sus rivales en la carrera francesa después de ser testigo de una grandiosa exhibición por parte del kazajo. Aquel año se subió al cajón del Tour, peleando por el amarillo hasta la última jornada de montaña, donde Armstrong sentenció su quinto Tour.
Su mejor victoria llega en 2006. Valverde tiene que ceder ante su empuje camino de Granada con Monachil como testigo mudo.
En cambio, su logro más recordado será siempre la medalla de oro en los JJOO de Londres. Curiosamente su última victoria y para la que acumuló toda su experiencia.
¿Cuál fue el principio de la relación Vinokourov-ciclismo?
A. VINOKOUROV: Competí durante un tiempo como miembro del equipo amateur Saint Ettiene, que estaba unido al Casino, mi primer equipo profesional.
Aunque 1998 fue tu primer año, lograste muchas victorias. ¿Lo esperabas?
AV: Algo dentro de mí siempre creyó que todo me iría bien y la verdad es que simplemente hice lo posible y lo imposible por conseguirlo.
Después de ganar Dauphiné firmaste por Telekom. ¿Cómo fue dar ese paso para ti?
AV: Unirme al Telekom me dio la oportunidad de crecer como corredor y al mismo tiempo estaba en uno de los mejores equipos del mundo.
En el 2000 fuiste segundo en los Juegos de Sidney tras ganar una etapa en la Vuelta. Buen final de temporada, ¿no?
AV: Sin duda. Unos años antes sólo podría haberlo soñado.
Pero 2003 fue tu año. No flaqueaste en el Tour pese a pasarte el año ganando…
AV: Por un lado, 2003 fue un muy buen año, muy productivo para mí. Conseguí muchas victorias y muy importantes: Amstel Gold Race, Vuelta a Suiza, París-Niza y después me subí al podio del Tour. Era un sueño para mí y logré hacerlo realidad. Por otro lado, fue un desafío el hecho de superar la muerte de mi amigo Andrei Kivilev, que además falleció en aquella París-Niza. Fue un muy mal trago.
¿Qué significa para ti Paris-Niza?
AV: La gané en 2002, pero la de 2003 significó mucho para mí por lo de Andrei. Afortunadamente se la pude dedicar a mi amigo. Etapa a etapa fue su recuerdo lo que me empujó a seguir.
Team Astana nació en 2006…
AV: Existían negociaciones desde 2005 con el presidente de la federación kazaja de ciclismo de carretera, D.K. Akhmetov. En 2006 con el apoyo del presidente del país pudimos sacar adelante el primer equipo kazajo de la historia. Estoy muy orgulloso por mi país y de haber formado parte importante en él y de seguir haciéndolo.
¿Qué puedes decir de tu triunfo en la Vuelta 2006?
AV: Mi primer triunfo en una grande, inolvidable.
Camino de Granada, ¿qué se te pasaba por la cabeza?
AV: Camino de la meta sólo tenía una cosa en mente: el maillot de líder.
Hablando de España, compartiste equipo con Contador durante una temporada y media. ¿Cómo fue?
AV: Alberto y yo tuvimos buena relación y nos ayudamos de forma mútua en lo que pudimos.
En la novena etapa del Tour 2011 sufriste una durísima caída. ¿En aquel momento pensaste que era el final para ti? ¿Qué pensaste? ¿Pensaste?
AV: Mi primer pensamiento fue en salir de aquel terraplén al que me caí y volver a subirme encima de la bici. Quería volver a la carrera, pero pronto me di cuenta de que el Tour se había acabado para mí. Incluso que mi carrera profesional podría haber acabado…
Pero no fue así. Te recuperaste y ganaste la medalla de oro en los JJOO.
AV: Incluso en mis mejores sueños nunca hubiese soñado ganar una medalla olímpica, imagina el oro. ¡Y se hizo realidad! Me hizo muy feliz.
¿Hay alguna victoria que te hubiese gustado conseguir y no conseguiste?
AV: Sin duda, el Tour de Francia
¿Cuál es tu corredor de cualquier época favorito?
AV: Laurent Jalabert
¿Cuál ha sido tu carrera favorita según tu actuación en ella?
AV: Los Juegos de 2012 serán siempre mi carrera favorita y la mejor de mi vida.
Ciclista épico
Un inconformista del pedal. Vino nunca se ha conformado con el podio, con figurar. Irreductible e imprevisible, ha sido de los pocos que han buscado donde nadie lo hacía. Una especie de Fignon con un motor algo más reducido. Nadie olvida sus victorias en los JJOO, en la Vuelta, Incluso en el Tour, donde aún yendo en puesto de podio por detrás de gente como Ullrich o Armstrong, siempre buscó el primer puesto.
Corrió un Giro, el de 2010, donde protagonizó innumerables ataques. Menor en las altísimas montañas, su baza fue buscar la guerra de guerrillas en las etapas trampa, Épica fue su marcha en Montalcino con el rostro lleno de barro junto a Cadel Evans.
Su último Tour también le vio realizar ese ciclismo de ataque lejano. Camino de Superbesse nos regaló un etapón. Lástima de su dura caída del día siguiente.