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Análisis DLC: Froome y SKY al mando

Bajo una apariencia de que ha habido movimientos y lucha por la general, lo cierto es que Chris Froome y su equipo Sky dominan la general de la Vuelta con mano de hierro. Todos, absolutamente todos los movimientos que se han dado durante esta segunda semana de la Vuelta, lo han sido porque han sido permitidos por Sky. Se ha conseguido generar una idea de que la Vuelta está siendo una gran carrera, cuando, en mi opinión, la realidad es otra. La carrera está bajo el control de Sky. Sí que ha habido emoción y movimientos por los puestos del podio, por las victorias de etapa… Pero en lo que respecta al triunfo individual final, la emoción es nula.

Nada nuevo bajo el sol. El tren de Sky lleva en carroza a Froome, que apenas debe realizar esfuerzos no controlados y tiene a su favor la contrarreloj de Logroño. Sólo su torpeza en el descenso del puerto del Torcal, bien resuelta posteriormente tanto por él como pos sus compañeros de equipo, puso su dominio un poquito en evidencia. De todas maneras, no es la primera vez que Froome se cae o se sale de la carretera en un descenso. Lo que es muy triste es que algunos de sus supuestos rivales todavía duden si estas limitaciones técnicas de Chris Froome son susceptibles de ser aprovechadas o no. En fin: ciclismo moderno…

Los ataques de Nibali y sobre todo Alberto Contador no han pasado de ser voluntariosos. Los de Contador han sido permitidos por Sky porque no les supone peligro alguno en la general. Contador ha buscado con estos plausibles intentos acercarse al podio. Pero lo tiene difícil. Le está penalizando mucho el tiempo perdido en la etapa de Andorra frente a unos rivales a los que les basta hasta hoy el mantenerse a rueda del trenecito de Sky durante las etapas de montaña.

Los ataques de Vincenzo Nibali, mejor situado que el de Pinto en la general, sí que son controlados más de cerca por Sky. Así que solo ha conseguido restarle al inglés unos pocos segundos en alguna de las varias llegadas en alto. El intento de Nibali en Sierra Nevada fue un quiero y no puedo…

Lo más destacable de esta segunda semana de la Vuelta es sin duda la irrupción definitiva en el ciclismo de grandes rondas por etapas de Miguel Angel López. Con dos victorias logradas y un segundo puesto. Evidentemente, los movimientos de López lo han sido porque no suponían peligro alguno, hasta hoy, para Froome de cara a la general final. Pero con sus 23 años actuales López apunta una posible evolución de que se puede convertir en el futuro en gran protagonista en las vueltas de tres semanas. Pero bueno, con calma y paso a paso. De sobra tenemos ejemplos de ciclistas que apuntaban grandes cosas a su edad y luego no han evolucionado tal como se preveía. Sin duda “Superman” López es la “revelación-confirmación” hasta hoy de la Vuelta. Que le quiten lo bailao.

Podríamos considerar otras dos revelaciones a Michael Woods y sobre todo Wilco Kelderman. Lo que pasa es que estos dos se están limitando sobre todo a coger asiento en un vagón del trenecito de Sky y procurar que no les apeen de él. Que también tiene su mérito, claro está. Pero dista mucho de la dinámica de ataques, aunque sean consentidos por el propio Sky, en la que se ha sumido López.

Por su parte, mientras Ilnur Zakarin apunta ligeramente que va a más, Esteban Chaves va a menos. Y Fabio Aru da la impresión que bastante tiene con aguantar donde está en la general, manteniendo la dinámica en la que entró el día que perdió el amarillo en el Tour.

Chris Froome ya pudo ganar la pasada edición de la Vuelta a España sino llega a suceder un accidente llamado Alberto Contador camino de Formigal. Aprendida la lección, el Sky que ha aterrizado este año en la Vuelta parece mucho más concentrado que el de la anterior. Por su parte, Chris Froome apunta también a que durante Tour y Vuelta ha apostado por tener un pico de forma quizás menos alto que en años pasados, pero con más posibilidades de ser mantenido en el tiempo. Por eso, la tercera semana de carrera no apunta nada bueno en lo que respecta a la emoción por la general. Por supuesto, deseamos equivocarnos.

RAÚL ANSÓ ARROBARREN

@ranbarren

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