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Análisis: Y Froome remató el trabajo...

El equipo Sky se adjudicó la edición 2.017 de la Vuelta a España y lo hizo en la persona de Chris Froome. El ciclista británico reeditó de esta manera el doblete Vuelta-Tour conseguido por Bernard Hinault cuando se adjudicó por vez primera ambas rondas por etapas en 1.978, hace 39 años.

Durante la Vuelta 2.016, camino de Formigal, el equipo Sky fue protagonista de una histórica derrota. No sólo eso. Transmitió una imagen de claudicación total ante los acontecimientos que ese día sucedieron. A falta de bastantes kilómetros para la meta, varios de los ciclistas de Sky que circulaban en el último grupo de aquel día, dejaron de pasar a los relevos. Perdieron una minutada. Sólo la permisividad de los responsables hizo que aquella jornada unos ochenta ciclistas fuesen repescados y no se les aplicase el fuera de control preceptivo.

No sabemos las medidas internas que se tomaron en Sky tras aquel descalabro, si es que se tomaron. Pero durante esta edición 2.017 de la Vuelta, la imagen que ha transmitido el equipo ha sido muy diferente. Han llamado especialmente la atención las labores como gregarios tanto de Gianni Moscon como de Mikel Nieve en las etapas de montaña o en los finales en alto, llegando hasta los kilómetros finales junto a su jefe Froome. Pero ha parecido haber una novedad durante la Vuelta. Durante las ascensiones, llamaba la atención que en el trenecito de Sky Wout Poels se situase en numerosas ocasiones por detrás del propio líder. Como si fuese otro ciclista a reservar. Un ciclista que tenía como misión la de estar ahí, al lado de su líder, el día del Angliru. Y vaya que sí estuvo. Y que con la tontería ha acabado sexto de la general.

El dominio del Sky ha sido aplastante, agobiante. Con esa supremacía, pensar que ataques hechos en largo llegasen a buen puerto era casi utópico. Así, Alberto Contador pudo rodar durante muchos kilómetros por delante de este pelotón de Sky. Pero ya se sabía que finalmente, salvo accidentes como el de camino de Antequera, la ventaja, o no sería, o sería muy escasa… o se convertiría en desventaja, como le sucedió al propio Contador durante la ascensión a Sierra Nevada por el desgaste acumulado. Y si los ataques en largo no valían, Froome se podría defender en la última ascensión. Pero es que además, Froome nunca estuvo solo. Siempre tuvo a algún gregario a su lado.

En ningún momento de la temporada Froome ha parecido ir súper. Recordemos la Dauphiné, el Tour, la reciente Vuelta. Como que va a menos. En la contrarreloj de Logroño (muy mediatizada por el viento favorable) tampoco pareció ser el del pasado. Aun así, ha conseguido un histórico doblete. La duda que queda es si ha sido algo previsto por el staff técnico o simplemente este presumible descenso de prestaciones es ya consecuencia del paso de los años.

Durante estas tres semanas, y sobre todo en la última, se ha creado una corriente de opinión de que la Vuelta ha sido muy intensa, muy disputada, muy interesante… Respetando por supuesto esas opiniones, vengo a escribir unas cuantas pegas. La Vuelta ha tenido momentos interesantes, ha resultado emotiva –luego iremos con el tema Contador- ha resultado amena… Pero, siempre bajo el control de Sky. Todo con el permiso de Sky. La triste realidad es que Chris Froome no ha tenido nunca en peligro su maillot rojo. La lucha por la victoria final simplemente no ha existido. Y eso, a la hora de enjuiciar una carrera, debe ser el aspecto fundamental. Por tanto, no perdamos la perspectiva. La Vuelta 2.017 ha tenido muchos detalles accesorios interesantes. Sin embargo, el tema principal que debiera importar, la victoria en la general individual, no ha suscitado ningún interés, simplemente porque no lo ha tenido.

Reconocido por el propio Alberto Contador en alguna entrevista, el tiempo perdido por el de Pinto en Andorra le permitió durante muchos días poder rodar en solitario por delante del pelotón. Siempre bajo la supervisión por control remoto de Sky. Así, Contador ha podido despedirse de la afición más o menos a lo grande. Especialmente emotivas resultaron las etapas de Angliru y Madrid en cuanto al cariño de la afición. En el Angliru, Contador renunció directamente a sus escasísimas opciones de victoria final y fue a ganar la etapa. Lo consiguió de una forma épica y meritoria, frente a un Sky con seis ciclistas, seis, que llegaron a rodar en el grupo principal a falta de pocos kilómetros para la cima. En esta ascensión se produjo una imagen que puede pasar a la historia del ciclismo español. La de ver juntos a Alberto Contador, Enric Mas y Marc Soler. Pasado y futuro de nuestro ciclismo.

La victoria de Alberto en el Angliru desató la euforia y el éxtasis colectivo de sus fans. Pero también la inquina de sus haters. Como si Contador fuese el único ciclista de los grandes que hubiese dado positivo. Como si Contador fuese el único que intentase engañar a sus rivales con sus declaraciones. Como si Contador fuese el único que hubiera ganado dinero siendo ciclista…

La retirada de Alberto Contador es la de uno de los ciclistas más grandes de la Historia del ciclismo mundial. Además, Alberto tuvo la suerte de poder despedirse de manera que a muchos otros les hubiese gustado.

Con la retirada de Contador y la actual supremacía del equipo Sky en las grandes rondas por etapas, el futuro del espectáculo en estas carreras de tres semanas se presenta muy poco halagüeño. Esperemos que los ciclistas jóvenes, y los no tan jóvenes pero que llevan un tiempo estancados, nos hagan cambiar de opinión.

RAÚL ANSÓ ARROBARREN

@ranbarren

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