Según confirma David Brailsford, el británico no sólo tomará la salida en la París-Roubaix, sino que la disputará, buscará el triunfo. Wiggins se lo tomará como un objetivo y no como un ensayo del próximo Tour de Francia, el fin último del Sir. Ya nadie duda de que querrá optar a su segundo título y para ello se prepara.
En los adoquines no será el único, ya que más de un favorito al Tour de Francia querrá probar la experiencia. De hecho, uno de sus teóricos rivales, Vincenzo Nibali, saldrá en el Tour de Flandes, aunque en un principio sin intenciones de disputar.
Bradley tiene en su equipo a varios potenciales aspirantes al podio del velódromo como Stannard o Boasson Hagen. Ambos tendrán que someterse al gran líder, que no está previsto trabaje para ellos. Un problema añadido para ellos, que ya tienen que sacrificar sus ambiciones a lo largo del año por él.
Una ambición que no ha nacido ahora para Wiggo, ya que según afirma el dirigente británico, procede de su juventud. Una prueba en la que sus condiciones de gran rodador le pueden hacer brillar, pese a que en Roubaix y este tipo de carreras la experiencia es capital.
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