Esta época de retiro supone un gran test para Alberto. El desprecio del ruso apuntaba en la dirección de un mal cuidado de su faz ciclista en los meses en los que la competición descansa. No hay que olvidar que durante años su factor diferencial ha sido el ser competitivo de inicio a fin, incumplido por primera vez, lo que le ha costado críticas por parte de aficionados y prensa. Injusto por un lado.
Justo por otro, al igual que a otros ciclistas les llueven cuando su rendimiento baja. Una llave al mundo de los buenos y los malos, de donde normalmente ya no se vuelve. Este invierno puede empezar a revertir la tendencia. Lo necesita.
Tiene todas las condiciones para ello, con la lejanía del fantasma ruso que tanto ha ayudado a su desestabilización y la conformación de un patrón único y estable. Si las lesiones le respetan y considerando su orgullo y raza, es fácil que su año 2014 sea mucho mejor que el 2013. Se dejará la piel por ello.
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