El murciano ha sido y es uno de los mejores corredores de la década, con numerosos y meritorios logros. Tiene tanta calidad que es capaz de enfrentarse incluso a las carreras que por fisonomía menos le convienen, como el Tour de Francia, y estar cerca relativamente de conseguir sus objetivos. Sin embargo, en las clásicas, para las que siempre ha tenido un talento especial, no ha extraído todo el jugo que podría.
Siempre ha existido cierto debate en ese sentido en torno al corredor de Puerto de las Lumbreras. En subidas largas que exigen un ritmo constante de ascensión tiende a perder efectividad, punch. En cambio, en las pequeñas cotas, en los cambios de ritmo, en los finales explosivos ha tenido ese carácter de killer que incluso cometiendo graves errores tácticos le ha permitido estar en el podio de muchas pruebas de un día.
Un hombre que en sus inicios se dedicaba a lanzarse en las llegadas masivas, fuesen llanas o en cuesta, que también ha tenido tiempo, la mayoría, de dedicarse a las grandes vueltas, sobre todo desde su fichaje con Illes Balears en 2005. Muy polivalente, sólo la contrarreloj, en la que ha mejorado con el tiempo, ha sido un terreno en el que no haya destacado. Al menos en las llanas, ya que en subida se ha marcado cronos tan buenas como la que realizó en Sierra Nevada en la Vuelta 2004.
Valverde se ha enfrentado a grandes clasicómanos como Bettini, Freire, Di Luca o el propio Purito, ante los que ha vencido en más de una ocasión. Tiene en su haber dos victorias en la Lieja Bastogne Lieja y una en Flecha Valona. Son sus mejores triunfos en este tipo de competiciones, aunque también se ha hecho con la Clásica de San Sebastián o la de Primavera, pero a otro nivel. En Lombardía y Amstel no ha estado lejos de levantar los brazos, pero siempre se han cruzado rivales o circunstancias que no le han permitido ganar.
Al igual que el Mundial, una cita con la que el español es muy efectivo, pero sin el remate que le metería en la leyenda de haber portado el maillot de campeón del mundo. A veces la táctica, en otras la mala suerte, en otras simplemente las fuerzas. Dos platas y tres bronces, un registro que ya quisiera haber logrado el 99% del pelotón. Sin embargo, Alejandro cambiaría seguro todos esos metales por lucir durante un año el maillot arco iris.
NO, evidentemente. La grandeza de un corredor como Alejandro en realidad se mide por la posibilidad que tiene de abarcar casi todos los registros. Las clásicas solo, solo son para el que no puede hacer otra cosa, esto también es evidente. Otra cosa es que se tengan ganas de criticar a Valverde, al Movistar y tal y tal.. por lo que representan o que de tanto leer a tantos matrakeros se acabe criticando a VAlverde casi por síndrome de Estocolmo, por ósmosis, quizir que… tó se pega (menos la hermosura) 🙂 dicen eh! que oye luego ..¡vete tu a saber! xD