Un corredor de grandes vueltas, como ha demostrado en las últimas oportunidades en las que se ha puesto un dorsal en ellas. Le faltaba brillar en el Tour y ya lo ha hecho, aunque tal vez requiera de un poco de consistencia en las terceras semanas. Mientras tanto realiza de forma muy brillante las dos primeras.
El líder de Belkin conforma la esperanza más firme del ciclismo holandés y un buen aspirante en poco tiempo al podio. Sexto en 2013, tiene un comportamiento en carrera valiente, sincero y atacante a la mínima que le es posible. Si tiene opción de saltar, lo hace. Ese ímpetu es bueno para el espectador, pero no para sus opciones.
En terceras semanas baja el pistón, tal vez precisamente debido a que no coloca el freno en los quince días previos. Tiene muy buenos mimbres y hay corredor detrás, pero debe pulir esos pequeños detalles.
Sin embargo, da sensación de corredor frágil, de que en cualquier momento puede perder todo lo ganado. Y no lo suele hacer, se suele mantener. Pero su estilo de ascensión, retorcido y sufrido, da una sensación equivocada de sus fuerzas y sus aptitudes. Eso sí, sabe moverse muy bien en otro tipo de recorrido, con habilidad en el pelotón y lectura de carrera.
Veremos si confirma sus prestaciones en el Tour, aunque tendrá muchos rivales de, en teoría, mayor categoría. Sin duda, aspirará a estar en el podio, ya que la próxima edición es propicia a que las distintas vertientes del ciclista jueguen su importancia. Lo hará bien.
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