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El Tour de los cambios

Presentado el Tour de 2024, que será el de los cambios, las innovaciones y la irreverencia. Para empezar no acaba en Paris, para continuar no tiene una etapa reina propiamente dicha y para terminar vuelven los tramos de tierra al Tour. Y a lo grande.

La carrera saldrá de Italia, nada menos que de Florencia y lo hará con sonido de trompetilla, que diría Pedro Delgado: “Tiruriiiii” Serán dos etapas en Italia de media montaña con más trampas que en el casino, muchísimos puertos y finales inciertos donde los de la general (se prevé participación insípida: Vingegaard, Pogaçar, Evenepoel, Roglic…) tendrán que estar con las orejas muy tiesas tanto en Rimini como en Bolonia, donde la ascensión a San Luca pondrá a muchos en su sitio. Homenaje a Coppi camino de Turín y habrá que cruzar los Alpes, pero al revés que lo hizo Aníbal. Así que etapa de grandes nombres pero dureza justa con llegada en Valloire con las vertientes más largas pero más suaves de Sestrieres, Montgenevre y Galibier. Este inicio tan vocinglero deja paso a un par de etapas más insípidas en Saint Vulbas y Macon antes de la primera gran crono. ¡Y es que habrá dos!

Poco más de 35 kms llanos para que los de la general se las vean. Otra etapa llana antes de acabar con la mayor barrabasada diseñada por un organizador que, no en vano, también organiza el Dakar. Etapa de ida y vuelta en Troyes con 190 kms de los cuales 30 son por caminos de tierra y repechos sin asfaltar, como cuando ganaban los franceses ganaban el Tour. Igual lo han hecho a ver si suena la flauta. Pero se alaba el gusto porque se huele etapón.

La segunda semana es la más floja de la carrera. Si bien el miércoles hay una buena etapa de media montaña en Le Lioran, con los puertos más duros del macizo central (tampoco son el Mortirolo…) pero hay 3 sprints y ya en la jornada 14, la primera etapa de gran montaña. Se hace esperar una etapa con el Tourmalet de primer puerto, Ancizan (lado suave) de Segundo y el final en el muy duro Saint Lary Soulan. Primera etapa de montaña y primer final en alto duro. ¾ de lo mismo para la siguiente etapa pirenaica, en un diseño que alterna puertos duros (Peyresourde de salida, Mente, Agnes…) pero con unos llanos más largos que día sin pan donde se invita al reagrupamiento antes del durísimo final en Plateau de Beille, con sus 15 kms a casi el 8%.

Quedará la última semana, el llanto y crujir de dientes, donde se deciden los podiums… y sin una etapa reina digna de tal nombre. Final llano en Nimes antes de otro final en alto, aunque hay que decir que se agradece que sea en Superdevouly, una estación de ski donde se llega tras una subida suave precedida de dos puertos cortos pero con rampas duras como Bayard y Noyer, que ojocuidao engañan mucho. Tras esta etapa se va a Barcelonette en etapa quebrada y se hacen dos etapas de alta montaña en los Alpes marítimos, olvidadisima región donde se ha elegido de nuevo una combinación de patapum p’arriba y que se decida al final. Quizás la etapa de Isola 2000 (eran jóvenes algunos cuando Induráin vestía de Líder por allí) sea la reina, con un buen primera como Vars, el eterno y altísimo Bonette y el final en Isola. Pero sus 145 kms y su mal encadenado rebajan el souffle. Y la última etapa de montaña es un encadenado mejorable con Turini, Colmianne y Coulliole, de nuevo el puerto más duro al final de la jornada.

Mención aparte merece la traca final, la segunda crono de la carrera con Veintipico kms subiendo los míticos (que no duros) Turbie y Eze antes de bajar a Niza donde acabará el Tour por la coincidencia con los Juegos Olímpicos de Paris. El Tour no acaba con una Cri desde el mejor Tour de la historia, o casi. El del 89.Perico haciendo el ganso en Luxemburgo, luego atacando por las esquinas, el rubio francés aquel que parecía el prototipo de la intelectualidad (Fignon se llamaba) y el americano inaguantable que llevaba plomo en el cuerpo y chupaba rueda cosa fina (Lemond) Igual lo han hecho a ver si así sale otro igual de bueno. Ojalá.