Balance 2021: El desembarco de corredores de la talla de Vanmarcke, Woods, De Marchi, Impey y sobre todo, de Froome, podía haber hecho pensar que Israel iba a dar un salto de calidad gigantesco en 2021 que le permitiría codearse con la superélite del pelotón internacional. Pero la realidad es que prácticamente todos ellos eran fichajes “con truco”. Una especie de “lo que pides y lo que te llega”. Sí, era Froome, pero ¿qué Froome? Uno que podía considerar una gran victoria haberse subido de nuevo a una bici tras su terrible lesión. Y sí, era Vanmarcke pero entre que el belga es un infortunio andante y que llegaba con 32 años, se hacía necesario rebajar las expectativas respecto a su rendimiento en las clásicas. Impey con 36 años y De Marchi y Woods con 35, tampoco eran precisamente el mejor plan de futuro.
Así las cosas no es de extrañar que el año de Israel fuese mucho menos de lo que sus próceres seguramente deseaban. Sólo Dan Martin, otro veterano de guerra, consiguió una victoria de verdadero prestigio. Fue en la decimoséptima etapa del Giro. Hasta entonces, sólo Würtz Schmidt en Tirreno y Woods en Romandía habían levantado los brazos en alguno de los principales escenarios. El canadiense estuvo en el grupo de cinco que disputó la Lieja pero fue el último del esprín final, y repitió puesto en Romandía y Suiza. Vanmarcke, por su parte, había ocupado el último cajón del podio en la Omloop y había sido quinto en Flandes. Y a partir del verano, la nada más absoluta. Sin victorias de caché (Hermans se anotó una etapa y la general de Noruega) y, lo que es peor, sin vocación de ello. Al menos Greipel logró volver a ganar antes de colgar la bici. Habían pasado casi dos años y medio desde la última vez.
Y mención aparte merece lo sucedido con Froome. Su imagen durante todo el 2021 fue desoladora. Incapaz de mantenerse siquiera con el pelotón en cuanto la carrera se ponía dura, su desafío para 2022 será no ya volver a ser competitivo sino ser capaz de aportar algo, lo que sea, a su equipo.
Expectativas 2022: A pesar de todo lo expuesto hasta aquí, los responsables de Israel inciden en su apuesta por la veteranía para este 2022. Sólo así puede entenderse que las tres principales altas del equipo superen ampliamente la treintena: Nizzolo (33), Clarke (35) y Fuglsang (36) son las caras nuevas más reconocibles de este Israel que en el otro lado de la balanza coloca las salidas de Greipel y Dan Martin (retirados), y de Cimolai a Cofidis, como principales pérdidas.
Con estos mimbres se antoja bastante complicado que el equipo supere el rendimiento de 2021. Fuglsang y Woods serán los referentes del equipo tanto en las clásicas ardeneras como en el Tour, mientras que Vanmarcke debe serlo en los adoquines. La pregunta que hay que hacerse en este punto es si corredores que ya están en el otoño de sus carreras están en condiciones de, con un año más, subir su rendimiento respecto al del pasado. Porque es evidente que, de repetir los resultados de 2021 y salvo que algún “tapado” dé un salto de nivel espectacular, la nota final de Israel para 2022 volverá a rozar el suspenso. Al menos el patrocinador se reserva la opción de lavarle la cara al equipo para 2023 pues veinte de sus treinta y un corredores finalizan contrato este año. Y ese puede que sea el mejor incentivo para todos.
El líder:
Michael Woods: Junto a Fuglsang, los grandes nombres para esta temporada. El canadiense cuenta con la ventaja de estar en su segundo año en el equipo y, por tanto, no necesitar de periodo de adaptación. La retirada de Martin le deja como gran referente del equipo en la primavera, el escenario donde mejor se ha desenvuelto siempre por lo que su temporada será lo que sea capaz de conseguir en estas pruebas.
Ahora o nunca:
Würtz Schmidt: En un equipo plagado de veteranos el danés es uno de los pocos corredores de los que se puede decir que están en plena madurez deportiva. Puede ser un buen cazaetapas pues a su capacidad para rodar en todo tipo de terrenos se le une una cierta punta de velocidad que, en grupos reducidos, se antoja vital. Si sus “jefes” no brillan, él puede ser el que acabe saliendo en la foto.
La promesa:
Itamar Einhorn: Dado que el Israel parece apostarlo todo a la veteranía, se hace difícil elegir un nombre de entre los pocos jóvenes que figuran en nómina de los hebreos. Por ser uno de los cuatros corredores “locales” del equipo y por ser el más experimentado de entre los jóvenes, Einhorn se impone como la gran promesa de Israel para este 2022. Rápido y buen rodador, veremos si tiene margen de mejora para ser algo más que un corredor de relleno en los próximos años.
Plantilla 2022: