Una información de L´Equipe ha provocado que se desaten las especulaciones. La UCI podría plantearse expulsar a Astana del World Tour tras las conclusiones emitidas por un informe elaborado por la Universidad de Lausana en el que, al parecer, se desvelan prácticas poco honestas o directamente dopantes en el conjunto dirigido por Alexander Vinokourov.
El origen del problema parece estar en la doble estructura que, de facto, tiene el equipo kazajo. La estructura kazaja, que fundamentalmente se basa en el equipo filial, tuvo hasta 5 casos de dóping durante 2014, lo que puso al equipo bajo sospecha y provocó el inicio de las investigaciones por parte de la UCI.
Tras aceptar al equipo en el World Tour por entender que las dos estructuras son diferentes y que los casos de dóping se habian dado fundamentalmente en el equipo filial, el estudio de la Universidad de Lausana puede poner en entredicho la participación del equipo en las pruebas del World Tour (las más importantes) así que quizás Vincenzo Nibali tendría que abandonar el equipo para defender su título en el Tour de Francia.
A pesar de las evidencias contra el equipo kazajo, la actuación de la UCI no deja de ser contradictoria, puesto que por enésima vez actúa a contratiempo. En vez de intentar atajar el problema de raiz, antes de iniciarse la temporada, espera a que ésta esté comenzada y a hacer más daño no sólo al equipo ciclista, sino también a la propia credibilidad del ciclismo. Las evidencias sobre el dopaje en la estructura de Astana ya eran numerosas a finales de 2014. Ahora se puede añadir un estudio de una universidad, pero ¿qué más pruebas se necesitan que 5 casos de dopaje? ¿Tan concluyentes pueden ser las pruebas de un estudio para conculcar los derechos que la propia UCI le otorgó al equipo hace menos de tres meses?