La carrera comenzará en la costa del Adriático, en un punto prácticamente indeterminado que simplemente cuadra para poder emplear un carril bici, al estilo de la primera etapa de 2015 en Sanremo. Aquí la diferencia con aquel día es que la prueba será individual y en los kilómetros finales se incluye una subida hasta la localidad de Ortona.
El primer domingo de competición servirá para ver, en teoría, la primera llegada masiva, pues la etapa consiste en recorrer, en sentido norte-sur, la línea costera hasta San Salvo, con sólo un par de incursiones tierra adentro.
No será hasta el tercer día cuando se pueda esperar algo de batalla, aunque esta se presupone escasa, pues el encadenado de dos puertos de tercera y cuarta que se coronan a treinta kilómetros de meta no debería dar para mucho más que escarceos.
No pasará lo mismo al día siguiente, con la primera llegada podemos decir que en alto, pues el ultimo puerto, Colle Molella, se corona a escasos tres kilómetros de la meta. Antes ya se habrán subido dos duros puertos, aunque la distancia entre puertos más la dureza de la ascensión final, predispone para que la pelea se centre en ella.
Pasado este primer filtro, una jornada que al revés hubiera sido más interesante, el terreno inicial puede propiciar una escapada de cierto nivel difícil de controlar, pero si pasada la ascensión a Oliveto Citra el pelotón tiene a la fuga controlada, serán los principales esprínteres los que se jueguen la victoria.
Ya el año pasado hubo una etapa en los alrededores de Nápoles, basada en un circuito al que se daban varias vueltas. En esta ocasión es solo un bucle alrededor del Vesubio y la península de Sorrento, una zona muy aprovechable, pero no en esta ocasión, donde al igual que en la etapa previa, salvo sorpresa volveremos a ver un esprín.
Tras estas dos etapas los favoritos volverán a escena con una nueva llegada en alto en una jornada muy larga, con el paso intermedio por Roccaraso y una subida final interminable al Gran Sasso d’Italia, dividida en tres partes y donde hace cinco años gano Simon Yates con un ataque en los kilómetros finales.
Al menos al día siguiente la organización ha preparado una variante de una meta que ya han usado en Tirreno-Adriático, con el paso doble por la cota de I Cappuccini, la segunda muy cerca de meta, acompañada por la ascensión entre ambos al Monte delle Cesane.
La semana se cerrará con una etapa disputada contra el reloj entre Savignano sul Ribicone y el Technogym Village de Cesena, de treinta y cinco kilómetros completamente llanos, auténtico regalo para los especialistas.
