El gregario de Sky asume la jefatura del equipo en las clásicas y lo demuestra con una victoria absolutamente brillante. Un triunfo que le permite demostrar que vale para este tipo de pruebas de un día y le refuerza en el intento de convertirse en uno de los ciclistas más interesantes de esta modalidad.
La Omloop tuvo muchas lecturas. La primera es que hay muchas segundas espadas sin nada que perder y que pueden lograr éxitos llamados a grandes nombres. La segunda es que hay corredores que han dado un paso adelante y han empujado un poco más a las generaciones anteriores.
Stannard fue más fuerte en la recta final que Van Avermaet, uno de los más fuertes de esa segunda fila de candidatos. Ante las inclemencias de la meteorología, un escenario en el que no se siente extraño, aprovechó la permisividad del grupo y ya tiene su primer gran día.
En las próximas carreras tendrá el mando, aunque Sky tiene que mejorar mucho la estrategia en este sentido, ya que no ha destacado por moverse bien en este terreno. Al menos hasta la fecha. Veremos si con un jefe de filas inglés se motivan más para lograr mejorar como conjunto.
