Kwiatkowski, la nueva máquina de matar

El polaco de Dzialyn fue una de las sensaciones de la temporada 2013. Por si fuera poco, su gran inicio de campaña en este nuevo año le confiere un aura de gran estrella futura, un gran competidor en todos los terrenos, como ha podido demostrar en la Volta al Algarve, cuya general ya figura en su palmarés.

Michal es rápido, sobre todo en grupos pequeños, aunque en los masivos en ocasiones se ha hecho ver con puestos de honor bastante aceptables. Esa es una cualidad que le da muchas papeletas de conseguir victorias y adornar un palmarés que promete ser espectacular.

En la crono no sólo no desentona, sino que domina, rueda muy bien el ciclista del Omega
Pharma, con muy buena posición y mostrando un talento innato en esta especialidad. Es también un aspirante a las clásicas de las Árdenas, carreras que se adaptan a sus características como anillo al dedo: subidas cortas, explosivas y posibilidades de rodar y llegar en pequeños grupos. Un cóctel en el que puede salir ganador sobre sus rivales.

En el transcurrir de la temporada veremos si cumple con lo esperado, pero en todo caso tiene un amplio margen de mejora, ya que pertenece a la generación de los nacidos en 1990. Un futuro que se le presenta de color de rosa. A poco que haga, tiene contratos
asegurados para el resto de su carrera deportiva. Pocos pueden presumir de ello.

Ya sólo por ser 11º en su primera participación en el Tour de Francia tendría un alto número de novias. Es una de las joyas más valoradas del pelotón y de los que protagonizarán los titulares de rotativos en las citas más importantes.

Los futurólogos ciclistas se suelen equivocar y añadir una presión no necesaria a corredores de corta edad. Sin embargo, ésto ya ha sucedido con Michal y ahí sigue en un papel absolutamente inquebrantable, sin fisuras y mejorando si cabe el arranque de 2013, que
ya fue muy bueno. En sólo dos semanas ha podido ganar más que en lo que llevaba de carrera profesional, lo cual es un dato a tener en cuenta. Sus objetivos están en las clásicas de primavera y en el omnipresente Tour de Francia, donde será el único agente libre del equipo.

Buscará la clasificación general, además del maillot blanco de los jóvenes, una prenda que en 2013 fue a parar al ausente Quintana. Sin el colombiano en liza, no hay que descartarle para nada, sus aspiraciones están intactas y no tiene un techo. Sin presión se le medirá, aunque sí sería un problema que rindiese y después no encontrase la ayuda de su equipo en
la montaña, ya que está previsto que Omega-Pharma base su alineación en los días más llanos y en los que poder obtener triunfos parciales con Cavendish.

En definitiva, más que un corredor prometedor, una realidad que poco a poco se irá haciendo más y más gigante. Capaz de todo.

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