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LA DERIVA DE PETER SAGAN

Con la retirada de Fabian Cancellara y Tom Boonen, tanto Greg Van Avermaet como Peter Sagan estaban llamados a ser quienes continuaran dándonos tardes de rivalidad a la afición durante las grandes clásicas. Seguramente sin llegar al nivel que alcanzaron esos ya mitos del pedal como fueron el suizo y el flamenco. Pero bueno; la rivalidad entre ellos, ahí estaba. No era algo ficticio. De tal manera no era algo ficticio, que el momento icónico de ese enfrentamiento lo marcó la caída de ambos durante el Tour de Flandes de 2017. Mientras Gilbert rodaba escapado, Van Avermaet y Sagan se marcaban estrechamente. La caída de uno arrastró al otro…

No es la primera vez, ni será la última, que todas estas previsiones no se cumplen. Al menos por ahora. El dominio de Jan Ullrich durante el Tour de Francia de 1997 auguró que tendríamos alemán para años. El de Rostock no lo volvió a ganar…

A lo que vamos. La temporada de clásicas realizada durante 2019 no puede considerarse buena para dos ciclistas de la talla de Van Avermaet y Sagan.

Peter Sagan ha cambiado, no hay duda, su forma de correr. Ya no da tanto la cara como antaño. Sin que eso signifique que no la dé, cuando está bien, tanto como el que más. Pero ha protagonizado petardazos significativos esta campaña de clásicas, como en San Remo, como en Roubaix, como en Wevelgem. En estas clásicas, sobre todo en Roubaix, Sagan aparentó estar en condiciones de ganar. Y sorprendentemente en todas las ocasiones todo se resolvió del revés para el eslovaco. Se especuló que este año iba a por Lieja. Pero en la Flecha Valona abandonó también, y decidió no tomar la salida en la Decana.

Pero en el caso de Peter Sagan, más allá de los resultados deportivos, el tema deriva a la impresión que transmite a la afición. ¿Hemos visto alguna vez a Peter Sagan con mala cara encima de una bicicleta? Sagan es el corredor más carismático del ciclismo actual. Con unas condiciones y una genética, por lo menos para las grandes clásicas, casi inmejorable. Peter Sagan es capaz de hacer fácil lo difícil. Es ese su encanto. Es esto archisabido. Por tanto no es esa la cuestión de hoy. La cuestión es analizar cómo afronta los problemas deportivos Peter Sagan cuando las cosas le vienen mal dadas, tal y como ha sucedido este año.

Peter Sagan tira siempre de su extraordinaria clase. Esa es la sensación que transmite. Pero, ¿tira alguna vez de pundonor, de garra, cuando por las circunstancias que fuere, las cosas no le salen bien? Porque para ser ciclista, no basta sólo con tener clase. Como leí a un forero de la web Parlamento Ciclista, Charly Mottet, hace falta clase, hace falta entrenamiento, y también hace falta desear el triunfo.

¿Tiene de verdad mentalidad de corredor ciclista Peter Sagan? ¿O su extraordinaria clase y genéticas le hacen haber triunfado en este deporte gracias a ellas? De Bernard Hinault, aparte de su innegable clase, se pueden observar decenas de fotografías en las que el bretón frunce el ceño y sufre como el que más. ¿Le hemos visto alguna vez esa cara a Peter Sagan?

Observando el carisma de Peter Sagan, parece que pudiese triunfar en cualquier espectáculo. Lo mismo podría ser una super estrella del rock and roll. Pero Sagan aparenta durante muchas carreras indolencia. Como que la cosa no va con él. Que si las cosas le van bien por supuesto que va a intentar ganar. Pero si va a tener que sufrir… Sagan aparenta que nunca quiere sufrir. Pero el sufrir es algo intrínseco al ciclismo. Quizás también sea, que con el palmarés que acredita, prefiera no gastar para intentarlo en otra oportunidad cuando la carrera no va a su medida. Sería respetable. Pero eso también le distancia de la afición.

Situémonos en la pasada Amstel Gold Race. Un ciclista de otra clase innegable como Mathieu Van der Poel, viene por detrás de los escapados para vencer finalmente. Aparte de su clase, Van der Poel ha tirado de casta y de garra para ganar. Hace pocos años, en una Gante- Wevelgem, cuando tuvo oportunidad de remontar y ganar a lo grande, Sagan se perdió en estúpidos marcajes a los ciclistas del entonces Quick- Step.

Quien escribe se considera saganista. Pero no por eso va a dejar de hacer una crítica adversa si se lo merece. Nos gustaría volver a ver ganar a Peter Sagan. Y deseamos que encuentre la motivación suficiente para entrenar duro y “querer ganar”. Que por muy Peter Sagan que se llame, a veces también hay que sufrir y emplearse a fondo. Queremos ver a un Peter Sagan no como a una rock and roll star, sino como a un ciclista.

Peter Sagan ha parado a descansar. Decisión seguramente adecuada para resetear. Deseamos que se centre y retome los entrenamientos para los próximos objetivos, sea en California, sea en Suiza o en el Tour. Y también que se fije en su rival Van Avermaet. El belga ha sido capaz, pese a su mala campaña de clásicas, y seguramente haciendo de tripas corazón, de volver a estar competitivo aunque sea en el Tour de Yorkshire. Segundo una etapa, y victoria al día siguiente. Van Avermaet, seguramente con menores condiciones que el eslovaco, se ha sobrepuesto a su mala racha. Y para ello, le habrá ayudado el considerarse un ciclista. Nada más y nada menos. Porque en el ciclismo, que no le quepa duda a Peter Sagan, para seguir ganando hay que sufrir. Y continuar hacia delante aunque vengan mal dadas.

Hace pocos días, decía el propio Pedro Delgado en una entrevista: “Estamos creando una sociedad de iconos victoriosos y nos olvidamos de la cantidad de trabajo y de derrotas que son necesarias para lograr una sola victoria”. Pues eso.

RAÚL ANSÓ ARROBARREN

@ranbarren

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