El australiano se exhibe en la tercera etapa del Tour Down Under y sube al liderato a sus casi 37 años por primera vez en la carrera de su país, consiguiendo así una de las fotos que le faltaba por lograr en el ciclismo profesional. Ahora está por delante el reto de vencer la general final, pero ya ha cumplido.
El de BMC, que no contaba ya para nadie, ha querido enterrar las opiniones que le daban por acabado. Un error, puesto que si por algo ha destacado el australiano ha sido por retar a sus críticos. Lo hizo cuando nadie creía que podría asumir el liderato de una prueba como el Tour. Y lo logró.
Ahora todas las voces creían que esta sería una muestra más de su cuesta abajo. Y ha querido cerrar la puerta a una retirada triste con una actuación soberbia y de clase. Su victoria número 33, la más especial por tratarse de la primera en su país natal, donde llevaba muchos años sin competir. La última ocasión era incluso anterior a la consecución del Tour de Francia 2011. Saldar así la visita de un hombre tan importante como él a un país que ha crecido tanto de su mano.
Más noticias:
Quintana se exhibe en el Tour de San Luis
Passo Gavia, el invierno del mundo
Los cuatro mejores días de Miguel Indurain
Tony Gallopin, preparación de vuelta de tres semanas
Faustino Rupérez, el gran éxito de Mínguez
Diego Ulissi, ¿un nuevo Cunego?
Gorka Izagirre, garantía de regularidad
Recorridos ciclistas: Sanabria, la ley de la frontera
Simon Gerrans, profeta en su tierra
Porte, los últimos retos en Sky