Con cuentagotas se van filtrando detalles del recorrido de la próxima Vuelta, que será presentado oficialmente el 11 de enero en Cádiz. El último ha sido el final de etapa en un puerto ya conocido por la carrera, el Monte do Castrove, que se eleva en las proximidades de Cambados y que ya fuera protagonista de una contrarreloj en la edición de 2012.
En aquella etapa se impuso Fredrik Kessiakof, con Alberto Contador en segundo lugar y Joaquín Rodríguez aguantando el rojo de líder, lo que habla de la dureza de la subida, aunque entonces se ascendió por la vertiente más suave. Se desconoce cuál será la elegida, si bien falta también confirmación oficial de que se celebre.
Rafael Louzán, presidente de la Diputación de Pontevedra, confirmó a Diario de Arousa que “existe la posibilidad de que una de las etapas de la Vuelta finalice en el Campo de Golf” de Salnés. La idea, al parecer, es que el Mirador de Lobeira, que vio triunfar a Chris Horner, esté incluido en la ruta, aunque en esta ocasión sin final de etapa.
El puerto de Castrove (ver altimetría) tiene unos siete kilómetros de ascensión por la vertiente de Poio. Con rampas del 15% y una pendiente media cercana al 7, sería uno de los últimos escenarios en los que se decidiese la Vuelta, a expensas del puerto de Ancares, que esperará al pelotón el último sábado de la próxima edición.
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