PAISAJE (8/10): Aunque empieza encerrado por la vegetación, la parte final es memorable.
TRAFICO (2/10): De milagroso se podría calificar encontrarte con algún vehículo.
ASFALTO (3/10): En la parte asfaltada, muy descarnado. La parte final de tierra esta mantenida para dar acceso a los aerogeneradores.
La vertiente más desconocida del puerto de Peñas del Viento conforma el primer y más importante sector de la altimetría.
Nada más abandonar la AS-222 nos vamos a meter en un frondoso bosque, que es acompañado con una sucesión de rampas, con varias curvas cerradas entrelazadas y una carretera muy estrecha que aumenta la sensación de dureza. Se supone que se transita por la localidad de Rondiella, pero únicamente encontramos un cartel de fabricación casera que lo indicase, eso sí junto a una construcción bastante grande, llamativa por su ubicación. En el resto del trayecto, solo veremos alguna cabaña.
Pasado este primer tramo, la pendiente se relaja un poco y la panorámica se abre bastante, si miramos para atrás en varios puntos podremos ver el mar y algunos impresionantes viaductos de la autovía. De frente empezaran a aparecer numerosos aerogeneradores que denotan que el nombre del puerto no ha sido puesto en vano. Este tramo final antes de coronar el primer alto es muy atractivo visualmente, pero a la vez muy duro en cuanto a rampas.
Dejamos a la derecha a pocos metros el puerto de Peñas de los Vientos y descendemos brevemente hasta el puerto del Cerezal donde comienza la segunda parte de la subida. Se trata de una pista de tierra abierta para dar servicio a los numerosos molinos instalados en la línea de cumbres de la Sierra de Curiscao. Salvo por algún punto concreto la pista está en perfectas condiciones para el paso de un pelotón, y guarda bastantes rampas muy exigentes. La cima esta al final de la misma, enfrente del Pico Aguión, con un breve descenso hasta zona asfaltada.