La segunda semana del Giro empieza con una jornada bastante interesante, que incluye bastantes cotas de grandes pendientes en los últimos kilómetros, imitando a las clásicas de las Ardenas.
A continuación, jornada para sprinters recorriendo la costa adriática, cuidado con la complicada llegada en Rimini, muy técnica y revirada.
Jornada de media montaña, aunque los puertos no son de gran entidad lo compensan con la cantidad. La salida y meta es en la localidad donde vivió Marco Pantani.
Habitual jornada en todos los giros en la que se atraviesa la llanura del Po, pero aderezada con dos cotas en el tramo final que pueden eliminar algunos llegadores.
Crono principal, recortada sobre la versión que se hizo en 2015, con tramos de subida y bajada que la alejan de los puros especialistas.
Llegada en alto más exigente de la carrera, una ascensión repetida en los últimos años, donde los puertos previos solo deberían aportar desgaste.
