De un tiempo a esta parte, el ciclismo se ha vuelto muy previsible. Un gran grueso del pelotón espera a los últimos kilómetros para lanzar su ataque y probar sus fuerzas. Quien más tenga, gana. Quién no, a esperar al siguiente día, donde vuelve a probar la misma táctica. Encerrados en un círculo sin salida…