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Tour 2014: Froome teme a Contador

El británico y su equipo, los considerados corredor y equipo más poderosos del planeta, han diseñado su estrategia para llegar a la salida del Yorkshire en plenas condiciones de aspirar al triunfo final. En el camino muchos pequeños escollos en los que medir la forma, pero ninguno significativo y digno de obtener conclusiones acertadas sobre el mes de julio. En 2013 Chris quiso dar un golpe de autoridad previo y dio cuantos quiso. En 2014 la táctica es otra. 

No llamar demasiado la atención, llegar como favoritos, pero dando pie a las incógnitas, a las dudas: jugar al despiste. Es el peligro que desprende este equipo en la presente temporada. Confiarse en que llegado el momento oportuno no estarán a la altura es caer en la trampa.

Froome no teme a la lucha de fuerzas, de igual a igual, cara a cara. En esas batallas se crece y se maneja a la perfección, sabedor además de que donde él no llegue es fácil que lo haga Sky con sus super-gregarios. Por eso el ciclista originario de Kenia teme el duelo que se le presenta en esta nueva entrega del Tour de Francia. Nibali y Contador son imprevisibles, veteranos, ya han ganado grandes y saben cómo hacerlo para poner en aprietos a un líder sólido y de apariencia intocable.

Sobre todo el pinteño, con más motor que el italiano. Esa imprevisibilidad del español a la hora de afrontar las carreras es lo que más daño le puede hacer y por ello le teme a él por encima de los demás. En la medida de lo posible evitará el duelo directo, aunque está previsto que Dauphiné les reúna y suponga un test casi definitivo de cara al entonces inminente mes de julio.

Además, el Tinkoff-Saxo tiene piezas estratégicas muy importantes como el checo Roman Kreuziger, también posible candidato al podio si no corriese al lado de Contador. O Roche, aunque su participación en Francia está un tanto en el aire debido a su presencia en el Giro de Italia. Pese a la incorporación de Mikel Nieve, que será clave, esta temporada hay dudas con el rendimiento ofrecido por Porte -programado en teoría para el Giro- y Wiggins, corredor del que se duda más por su voluntad de ayudar que por su presumible estado de forma.

He ahí otra de las claves: Bradley. Si rebaja su caché a coequipier, todo un lujo; si mantiene su estatus de Sir de carta blanca, una bomba de relojería. En todo caso, primero ha de superar el pavé en buena condición. Es toda una encerrona y hasta el momento no ha podido probar su suerte en terrenos imprevisibles. La única vez en la que se vio enfrascado Froome en duelo directo fue ante Nibali en Tirreno-Adriático, con el resultado conocido de derrota. Lo que se escapa a matemática de pulsómetro es considerado un problema y la quinta etapa del Tour lo es.

L.S.

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