TOUR DE FRANCIA 2022: PRIMERA SEMANA

El Tour también dejó pendiente una salida de extranjero por la pandemia, en este caso desde Dinamarca, y la recupera este año. Copenhague será el punto de partida de la ronda francesa con una prueba contrarreloj de trece kilómetros y bastante poco técnica, sólo el paso por la zona del castillo y las proximidades de la Sirenita tienen algún curveo complejo.

Las dos siguientes etapas tienen un perfil similar, bastante planas, con ligeros repechos puntuables para el maillot de la montaña que en otras ocasiones ni aparecerían en el perfil, y bastante pegadas a la zona costera, lo que podría deparar que la aparición del viento fuese un elemento de tensión. Esto será especialmente crítico en la segunda jornada, con final en Nyborg tras cruzar en los últimos kilómetros el puente de Gran Belt.

La tercera etapa no tiene ni siquiera esa curiosidad, debería ser solo un tramite camino al traslado gigante hasta el país galo, al menos lo hace en la zona norte del país.

El regreso a Francia deparará una jornada similar entre Dunkerque y Calais. Quizá los puertos puntuables pasen de repechos a colinas pero por ahora los esprínteres no se podrán quejar. Llama la atención en el trazado de esta etapa el paso por Cassel, habitual llegada en los Cuatro días de Dunkerque y que cuenta con tramos de adoquín.

Más de estos tramos aparecerán al día siguiente, camino de Arenberg, a las puertas del más famoso de todos los pasos del Infierno del Norte. Será una etapa corta, con hasta once pasos por carreteras empedradas, los primeros seis no empleados, al menos recientemente, en la París-Roubaix. Los tres siguientes sí, aunque alguno no se hará de forma completa. El penúltimo es completamente novedoso y no nos extrañaría verlo en el futuro en la clásica, y el último, Pont Gibus, de nuevo un habitual, a apenas seis kilómetros de meta.

Hasta aquí los rodadores habrán sido los protagonistas pero ya se pueden ir a casa, pues empieza una sucesión histórica de etapas con final en alto, sin entrar por ahora en si es adecuada tal proliferación o no.

El primero de la serie será en Longwy, tras una etapa bastante larga que saldrá de la localidad belga de Binche, y se decidirá en las cotas de los últimos diez kilómetros, donde destaca la Cote de Pulventeux, muy corta pero por encima del 12% de pendiente media.

A continuación, primer contacto con la montaña más seria. Para añadir historia será a La Planche des Belles Filles, aunque en este caso a su versión súper, con el añadido de tierra que ya se vio en 2019.

Seguimos para bingo con una nueva llegada en repecho, esta vez en Lausana, en Suiza, a donde se llegará tras un recorrido quebrado pero no en exceso, sólo destacando el paso por la Cote des Rousses. El final será junto al estadio olímpico de la ciudad, un final similar al que se vio durante años en la crono final del Tour de Romandía.

La semana culminará con el regreso a Francia por el Pas de Morgins tras salir de Aigle, donde se ubican las instalaciones de la Unión Ciclista Internacional, y desaprovechar la interesante zona montañosa de los alrededores. La meta estará ubicada de nuevo en alto, pues tras Morgins habrá que subir hasta Les Portes du Soleil. Sirva como símbolo que el día de descanso posterior será en Morzine, quizás el final tras descenso más clásico de la historia.