En primer lugar por ser ganador en las dos últimas ediciones. Apartado del Tour por una caída cuando también llegaba como uno de los grandes favoritos, podría haber sido el hombre que pusiese en apuros serios a lo que fue un incontestable Pogaçar. Prueba de ello fue la demostración de su buena forma en la crono de los juegos olímpicos consiguiendo el oro con diferencias superiores al minuto sobre el resto de los rivales.
A priori, si en anteriores ocasiones no considerábamos a nadie muy por encima del resto, esta vez Roglic si parte como claro candidato a la victoria final. Como hándicap puede ser el no tener un equipo tan potente como el resto de los rivales, estará acompañado por los veteranos Steven Kruijswijk y Robert Gesink, además de Sepp Kuss, uno de los gregarios mejor valorados en el pelotón, y por el sólido pelirrojo Sam Oomen.