En este grupo tan especial solo pueden estar unos pocos, por ser unos corredores tan únicos que prácticamente los convierte en irrepetibles.
ALEJANDRO VALVERDE. Estamos ante su despedida por todo lo alto, con 42 años, su decimosexta participación, victoria final en 2009, 12 etapas, 7 podios y 4 veces ganador de la clasificación por puntos. Para quitarse el sombrero, se acaban los adjetivos cuando se habla de él. En su última ocasión quizás sería algo injusto que trabajara en exceso, por lo que tendría que ir en busca de etapas, objetivo difícil a estas alturas pero todavía factible y que haría las delicias de todo el público español.
JULIAN ALAPHILIPPE: Vigente campeón del mundo y por lo tanto portador del llamativo maillot arcoíris, capaz de poner en jaque una general del Tour de Francia, ganar contra todo pronóstico una crono, rematar en finales explosivos, todo esto lo convierte en uno de los corredores más imprevisibles del pelotón y ganando aún a veces con todos los ojos y marcajes encima.
Sin embargo su actuación aquí es imposible de pronosticar, por su dudosa forma física debida a su caída en Lieja con graves lesiones y que, desde por aquel entonces a finales de Abril, apenas ha competido, solo la nota positiva de la victoria en el Tour de Wallonie, en la etapa con final en Huy. Quizás con su tremenda cualidad y el paso de los días, vaya encontrando sensaciones que lo pueda convertir en un duro rival por la pelea de etapas.