VUELTA A ESPAÑA 2023: SEGUNDA SEMANA

La carrera da un salto hasta el centro peninsular para disputar la segunda y última prueba cronometrada de la edición, la única individual. Son sólo veintiséis kilómetros, aunque vistos resultados recientes no necesariamente son pocos. Personalmente me retrae más el trazado, basado en la ida y el retorno por las mismas avenidas, con especial atención a la Calle de las Mieses, donde simplemente se busca ganar metros de distancia antes del repecho de Parquesol, y sobre todo el trayecto posterior por el Paseo de Zorrilla, donde solo el paso por la zona del Pinar de Antequera rompe el desdoblamiento completo.

Una de las pocas cosas criticables del recorrido es la insistencia en etapas básicamente planas con final en alto. Cuando el puerto final es muy duro, como Pico del Buitre, tiene más excusa, pero tanto en la etapa murciana como en la cántabra que veremos y en la segunda etapa de esta segunda semana, el trazado adolece de alicientes más allá de esos kilómetros finales. Cierto es que la anterior ocasión que se visitó la Laguna Negra, el final fue muy entretenido, pero no esperéis mucho más.

La etapa con final en Zaragoza no ha llamado mucho la atención pero no debería infravalorarse pues la aparición del viento puede propiciar abanicos en una zona donde históricamente ya se han vivido jornadas con esas características.

En 2020, en la edición marcada por el COVID, estaba programada una llegada al Col du Tourmalet que tuvo que sustituirse a toda prisa por un final en Formigal por el cierre de fronteras el día previo. Tres años después la organización regresa a la cima francesa y devuelve el favor a la estación de esquí saliendo de sus instalaciones. Este inicio hace que respecto a la original no se suba apenas nada del Portalet, así que se ha añadido Spandelles, que debutó el año pasado en el Tour. Seguiremos esperando que algún día hagan lo mismo con Viscos, que le vendría mejor.

Pero sin duda, esta entrada en Francia es atractiva sobre todo por la etapa de regreso, pues lo hace en una jornada con dos señores puertos como Hourcére y especialmente, Larrau, quizás el coloso pirenaico más olvidado pero siempre decisivo y espectacular. Cuando se corone todavía quedarán bastantes kilómetros hasta la meta en la estación de esquí de fondo de Larra-Belagua, pero es un terreno ideal para que los equipos jueguen a ciclismo, donde los compañeros de los favoritos pueden jugar un papel decisivo no ya en la etapa, sino en el resultado global de la edición.

La segunda semana se cerrará con una etapa de media montaña por Navarra con final en Lekumberri. Cuando se anunció el final rápidamente vino a la mente el paso por Aralar, con final similar al de 2020, cuando ganó Marc Soler, pero en esta ocasión se ha optado por rebajar la exigencia programando un doble paso por Zuarrarrate. Es una elección, aunque sin llegar a la dureza de Aralar, por la zona hay más puertos que no le habrían venido mal a la jornada.