VUELTA A ESPAÑA 2023: TERCERA SEMANA

Para comenzar la semana decisiva la carrera saltará hasta Cantabria, donde se disputará la última de las etapas con final en alto tras recorrido previo sin especiales dificultades, en esta ocasión por la costa occidental cántabra hasta el tramo final, donde se introducirá por el desfiladero de La Hermida antes de desviarse hacia Bejes, a mitad de subida del Salto de la Cabra.

No introducir mucha exigencia en esa etapa previa tiene sentido ante las dos grandes jornadas que nos esperan en Asturias a continuación. La primera aparece con el Angliru al fondo, también con reminiscencias a la edición del 2020, donde se tuvo que disputar sin aficionados en la cuneta, por lo que era otro día que se quería recuperar en condiciones normales. Si queréis conocer más de ese día y de las anteriores veces que la carrera ha llegado al coloso riosano, podréis hacerlo en el reportaje que encontrarás en nuestra revista.

Pero, en mi opinión, la etapa que puede dar más juego es la segunda asturiana, con salida en Pola de Allande y final en el Alto de la Cruz de Linares. Al igual que con la jornada que incluye Larrau, es un día para que los equipos puedan trazar sus tácticas, pues tener gente por delante en los largos valles que separan ascensiones como Estacas, San Lorenzo y Tenebredo puede ser vital antes del doble paso por la ascensión final. Sabemos de la predilección de la organización por los finales en alto pero no nos resistimos a indicar que situar la meta abajo, en la zona de los cercados oseros, sería refrescante.

Hay que llegar a Madrid y el primer paso es atravesar la meseta castellana. Para hacerlo se cuenta con una etapa entre La Bañeza e Íscar, donde únicamente la aparición del viento podría darle emoción a la etapa en el ámbito de la clasificación general. Por su ubicación en el recorrido global, entre etapas importantes, es carne de fuga permitida.

La última oportunidad para cambiar la clasificación llegará este año en un formato bastante novedoso. Se trata de comparar con la etapa de hace dos años en Mos, pero no es adecuado pues aquellas ascensiones eran más duras, en un perfil más cercano a las etapas más clásicas que se han disputado en la sierra de Guadarrama. Pero en esta ocasión el trazado se centra en la sierra Oeste, con puertos más cortos. Si buscamos una semejanza estaría cerca de una Lieja más corta y conformada por subidas tipo Rosier y no La Redoute, aunque también incluye un muro como cota final, aquella recordada subida por la calle Cañada Nueva en Escorial, prolongada en esta ocasión con parte de la subida a Abantos para poder retornar a la carretera que tras menos de diez kilómetros llevará a los corredores hasta Guadarrama.

Para el ultimo día se ha trazado un recorrido casi integro por la capital madrileña, rodeando primero la Casa de Campo para posteriormente discurrir por barrios como Carabanchel, Usera, Entrevías, Portazgo y San Blas antes de tomar la calle de Alcalá camino del circuito clásico con final en Cibeles.