Una vez más la carrera del sol, se presentaba falta de las grandes figuras mundiales, que atraídas por los fijos de la Tirreno-Adriático, dejaban huérfanas a una París-Niza que no para de reinventarse. Como muestra de ello, disfrutamos del final adoquinado de la etapa inicial, en la côte de Meudon. Un valiente Vuillermoz intentó sin…