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Nibali, el gusto tricolor

El líder de Astana se hace con la victoria de etapa en Sheffield y se alza con el maillot amarillo. Primeras veces para un corredor que entra en el selecto club de los ciclistas que han lucido la preciada prenda en las tres grandes vueltas por etapas. Tras un magnífico salto que demuestra su gran visión táctica, el Squalo reivindica su candidatura en una victoria más simbólica que real, ya que ni la renta obtenida es importante, ni se ha visto un duelo directo entre los gallos. 

El amarillo era el único color que le faltaba al italiano, que ha ganado Giro y Vuelta, algo que de los ciclistas que están en activo sólo puede afirmar uno de los rivales que se encuentra en Francia, Alberto Contador. En el repecho definitivo se le vio con ganas de probar y buenas piernas, lo cual disipa ese primer momento de dudas cuando un candidato a ganar debe esperar varios días a que las piernas le demuestren cuál es su lugar.

Froome también ha intentado su movimiento, pero el triunfo ha sido para un Astana en mayoría de efectivos. Fuglsang ha arrancado primero con gran fuerza, Sagan controlaba con la vista puesta en un Valverde que ha esperado demasiado de los demás. Ahí han surgido las dudas y el nuevo maillot jeune, que ha cobrado ventaja con facilidad.

Nibali ya era imparable pese al viento de cara, asesino de tantos movimientos en otras circunstancias. El campeón italiano, bandera en pecho, se autocitó como la gran esperanza de un ciclismo al que pesa en el Tour su pasión por el Giro. Excepto a Nibali, más partidario de Tour y de Vuelta hasta la fecha, aunque haya anunciado para 2015 que vaya a probar el doblete imposible mayo-julio.

Hasta entonces le queda saborear lo que pueda este Tour, para el que ha dejado pasar gran parte del primer ecuador de la temporada. Estando más tranquilo ha podido evolucionar sin la presión que supone correr en casa (prefirió correr París-Niza en lugar de la Tirreno y ha competido escasas fechas en Italia en 2014). Esta calma le ha costado las críticas de su director deportivo, un Vinokourov de sangre demasiado caliente. Quizás por eso al llegar al mes de julio ya no le quedaba gasolina. Nibali es un hombre con la cabeza muy bien amueblada y merece confianza. El triunfo le viene bien para reforzarle en su tesis.

L.S.

Nibali gana la 2ª etapa del Tour de Francia

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