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ANÁLISIS DLC: OTRA GRAN PARIS NIZA

Pasadas unas cuantas horas desde la finalización de la París Niza, intentando realizar un análisis global de la semana, con cierta perspectiva, lo que podemos escribir es que ha resultado una edición enormemente interesante para el espectador.

La carrera enganchó ya desde su primer día. De hecho fueron los 55 segundos obtenidos por el vencedor final Henao sobre Contador en esa primera jornada, los que han determinado el triunfo final del colombiano de Sky. El frío, el viento, la lluvia de esa primera jornada, junto a las típicas carreteras que aportan personalidad a la París Niza, resultaron el escenario perfecto para que unos ciclistas con voluntad de batalla nos ofreciesen un magnífico espectáculo. Henao cobró una ventaja que, el transcurso del resto de la carrera haría que resultara decisiva. Y esa es la conclusión para mí más importante: la carrera se ha resuelto de forma sorpresiva, donde menos se esperaba. En su primer día. Por mucho que lo sucedido en una memorable última etapa nos haga perder la perspectiva. El ciclismo es así. Los segundos valen lo mismo en una etapa que en otra. Es como en fútbol. Para la clasificación general cuenta lo mismo ganarle al Real Madrid que a Osasuna. Y Alberto Contador o no pudo, o no supo, o careció de equipo, o no dio suficiente importancia a lo que estaba sucediendo en ese primer parcial.

Y Alberto Contador ya no es quien fue. No fue capaz de reducir esa desventaja en unas etapas montañosas que dieron bastante de sí. A dos segundos se quedó Contador de ganar la carrera. Eso en otros tiempos…

Sobre la actitud en carrera de Contador poco más se puede escribir que no se sepa. Su ataque a cincuenta kilómetros en la jornada final lo dice todo. Pero se concatenaron unas circunstancias de carrera que no beneficiaron al de Pinto. Cierto es. Lo que duele a mucha parte de la afición es la actitud de otros ciclistas. Actitudes y relevos que, fuera del coche deportivo correspondiente, o fuera del despacho del patrocinador, poco entendibles resultan para el aficionado. Un Sky que, al igual que sucedía con Armstrong, siempre encuentra “embajadores” en otros equipos cuando se queda sin gregarios en momentos decisivos. Y cuando la cosa se repite una y otra vez y en la misma carrera…

Es cierto que cada cual defiende sus intereses. Pero si esos intereses son rácanos a más no poder desde un criterio estrictamente deportivo, resultan difícilmente justificables ante el aficionado, aun siendo respetables. También es cierto que no hay que analizar una carrera en clave de un sólo ciclista determinado. Pero si ése ciclista es el que engancha al aficionado, resulta difícil no tener en cuenta ese prisma. Porque el hecho de que muchos aficionados vean una carrera en clave Alberto Contador es algo que el de Pinto se lo ha ganado en la carretera.

Sergio Luis Henao ha sido el merecido vencedor de esta carrera. Ha sido el ciclista más regular durante todas las jornadas. Además, cuando los ataques de Contador le pusieron contra las cuerdas, supo mantener la sangre fría sin llegar a hundirse. Contó con un Sky menos brillante que en otras oportunidades. Cuando su equipo le falló las circunstancias de carrera le acompañaron.

Reseñable también la actuación del francés Julian Alaphilippe en una vuelta de una semana, tipo de carrera en la que hasta hoy no había despuntado en tanta medida como en esta París-Niza. La presencia de Dan Martin y Zakarin, tercero y sexto de la general. Reseñable el soberbio ataque de Simon Yates camino de Fayence, la presencia en las escapadas del equipo Delko Marseille KTM y los destellos de calidad de Lilian Calmejane, que incluso se adjudicó la general de la montaña.

Capítulo aparte merece el examen de la actuación del resto de ciclistas españoles, además del ya reseñado de Alberto Contador. A la magnífica actuación de los hermanos Izagirre, que no pasa de ser una mera confirmación de lo que ya vienen apuntando desde hace varias temporadas (aunque el caso de Gorka es un salto cualitativo más destacado), cabe unir los comportamientos de David De la Cruz y Marc Soler en una magnífica última etapa de ambos. Sin olvidar claro está que no estaban disputando la general. El salto cualitativo de Soler debe marcar un antes y un después en la carrera deportiva del ciclista de Movistar.

Respecto a lo negativo, incluso a pesar de vencer en una etapa y estar delante en otras, hay que nombrar a Richie Porte. Por desgracia para él, nada nuevo. De Romain Bardet, descalificado por “arrimarse” demasiado al coche de equipo, reseñar que la París Niza se limitó a cumplir la normativa. Otra cosa es que convenga o no modificar esa normativa. Lo triste es que, como reconoció el propio Bardet en un comunicado, esas prácticas están demasiado extendidas y consentidas en el pelotón.

Para finalizar, la nómina de grandísimos sprinters que han concurrido en esta París Niza no sólo nos la dan los ganadores de esas etapas resueltas de esa manera, sino también quienes han peleado contra ellos por esas victorias, con unos top tens que muchas carreras quisieran para sí. La verdadera dimensión de los triunfos de  Démare, Colbrelli, Bennet y Greipel se llega a conocer cuando uno se lee la clasificación de la etapa y observa la calidad de los galgos que les siguen en esa clasificación.

La París Niza 2017 ha sido todo un éxito. Reconozcamos el mérito de los organizadores, que han diseñado un trazado equilibrado. A él se ha añadido la combativa actuación de los ciclistas. Para tarea, queda reflexionar cómo en una vuelta de una semana se establecen más diferencias entre los diez primeros que en una de tres semanas. Siendo además el mismo país y el mismo organizador.

@ranbarren

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