El pasado domingo 14 de abril, con su victoria en la Paris-Roubaix, Philippe Gilbert entraba en el selecto club de los ganadores de los cuatro monumentos, a falta como está de conseguir una victoria en Milan-San Remo. Aprovechando esta coyuntura, en Planeta Ciclismo Magazine hemos decidido recordar la trayectoria en estos grandes monumentos del irlandés Sean Kelly, que también entró en este selecto grupo, y que acabó su extraordinaria carrera deportiva sin conseguir el triunfo en el Tour de Flandes. Como podrán comprobar, solamente hablamos de su periplo en estas carreras, las más importantes de un día, dejando aparte en esta oportunidad el resto de los triunfos conseguidos por el gran campeón de Carrick on Suire.
El irlandés se dio a conocer de la mano del gran mentor ciclista Jean de Gribaldy en el Flandria, y en sus primeros años se caracterizó por ser un esprínter, sin embargo tardaría aún algunos años para convertirse en un clasicómano top. Viendo sus facultades, de hombre completo, rápido y buen descendedor, la Classicissima estaba sin duda hecha por y para él, aunque fue la que más tardó en ganar por primera vez, en 1986.
Ya en 1984 era segundo si bien sin opciones reales pues Moser se había marchado en el descenso del Poggio y ganaba en solitario, Kelly ganaba el esprint del grupo. En 1986 sin embargo, muy atento a los movimientos en la subida se marchaba con Beccia y Lemond y se imponía en el esprint con comodidad.
En años sucesivos llegaron victorias para escapados y sólo pudo hacer algún buen puesto … para cerrar su trayectoria en monumentos, con la victoria en 1992, tras alcanzar a Argentin en el descenso del Poggio y batirlo al esprint en la Vía Roma… hace ya 25 años. Un bagaje de dos San Remo que saben a poco para el irlandés.
Si alguna prueba requería de fuerza, habilidad y…suerte, esa es la Paris Roubaix, y Kelly se convirtió en una referencia ganándola en sus dos años mejores en clásicas…el 84 y el 86. Sólo un resultado destacado más con el tercer puesto en el 85. Sería en 1984 su primer triunfo en el infierno del Norte atacando a 45 km de meta en Orchies yéndose a por los escapados Braun y Bondue….solo Rudy Rogiers lo pudo seguir…a unos 20 km cazaban a los escapados con Kelly haciendo prácticamente todo el gasto…Braun cedía inmediatamente y posteriormente Bondue por una caída en el pavé de Campin en Pevele
Ganaba en el velódromo de Roubaix fácil al esprint…en la que según Kelly y a pesar de la apariencia de facilidad puede ser una de las veces que más extenuado acabó una carrera. Repetiría el irlandés en 1986, si bien la llegada no era en el velódromo. Una resolución esta vez en un grupo de cuatro donde batía al esprint a Vandenbrande, Van der Poel (que le echaba una mano) y Bauer.
La Lieja, la Doyenne, dos triunfos y alguna posición más entre los mejores si bien ningún pódium. En 1984 conseguiría con su triunfo emular a Van Looy y Merckx como ganadores únicos de Roubaix y Lieja el mismo año. Una carrera que Kelly correría a la expectativa, en lo que iba a ser una resolución al esprint en un pequeño grupo, en el que se impondría a Phil Anderson y Greg Lemond. Sólo una semana antes estaba ganando Roubaix y había conseguido sobreponerse a múltiples dolores provocados por el sufrimiento en el pavé para ganar en Lieja.
En 1989 ganaba también en una carrera que veía como el ganador del Tour del año anterior Delgado se mostraba muy activo. Se imponía al esprint Kelly con Phillipot, Criquelion y Delgado a continuación entrando el grupo principal justo tras ellos.
El último monumento del año, era la Lombardía, la clásica de las hojas muertas, sería la que ganaría en mayor número de ocasiones, tres. Siendo además segundo en la edición de 1986 donde sólo los “pactos de despacho” le impedían ganar, siendo la victoria para el italiano Baronchelli con Kelly segundo. Interesaba que ganara un italiano y ganó.
Además, Lombardía sería el primer monumento que ganaría, en 1983. Lo haría al esprint y por un leve margen respecto a un rival clásico, Greg Lemond, con el que solía ceder en mundiales pero al que ganaba siempre en monumentos. Tercero otro clásico en duelos con el irlandés, Van der Poel. En 1985 se volvía a imponer al esprint con el inefable Van der Poel segundo, triunfo que le confirmaba en la primera posición del Super Prestige Pernod por delante de Phil Anderson.
En 1991, se despedía del PDM, con victoria esta vez escapado con Gayant. Su tercera y última Lombardía, en su otoño ciclístico.
Y por último Flandes, la que podía encumbrarlo como el único ciclista no belga en ganar los cinco monumentos. Una carrera que parecía se amoldaba a sus características…y que nunca pudo ganar. El año 1984, es según él su mayor oportunidad desperdiciada, sintiéndose muy muy fuerte. Sin embargo la escapada final en la que estaba en inferioridad numérica y rodeado de belgas en la carrera de casa, le hizo tras tratar de abortar los intentos de escapadas, dejar marchar al holandés Lammerts para imponerse después en el esprint por la segunda plaza.
Más adelante sería…
En 1986, Kelly se encontraba ante la oportunidad de su vida de añadir Flandes a su palmarés…y más teniendo en cuenta que tras una dura carrera se llegaba al tramo final en un grupo de cuatro con Vandenbrande, Adrie Van der Poel, Steve Bauer y él mismo. Sin embargo y con Roubaix a una semana vista Kelly “pactaba” con Van der Poel. Kelly le ayudaría en Flandes y Van der Poel a Kelly en Roubaix. Como resultado Van der Poel ganó Flandes con Kelly segundo, y Kelly ganaba Roubaix con Van der Poel tercero.
Un pacto que a pesar del nuevo segundo en Flandes del irlandés en 1987, sería decisivo, y quizás el gran error de su carrera. Jamás volvería a estar tan cerca de ganar el quinto monumento, y ser el primer no belga en ganar los cinco monumentos, algo que parece inalcanzable hoy día. Un lunar en un gran palmarés, un grande sin una de las grandes victorias, King Kelly se quedaba sin reinar en Bélgica…
PEDRO GARCÍA REDONDO Y RAUL ANSO
