El fichaje del siciliano el invierno pasado supuso una auténtica apuesta económica y deportiva por la figura de Vincenzo. El alma del equipo era Vinokourov y el liderato recaía en un Kreuziger que apenas había ofrecido resultados. Aprovechando el desencuentro entre Sagan, Liquigas y Nibali, el último fue elegido como arista central del equipo.
En torno a él se ha construido la plantilla, con corredores polivalentes y con calidad incluso como líderes. Sin embargo, ese nivel se ve muy reducido si el italiano no está presente. Es una plantilla capaz de cumplir, pero no de brillar al nivel que se presupone a un presupuesto como el de Astana.
Es una situación peligrosa. Obviamente, no hay mejor apuesta que él. Nibali es muy fiable y rara vez no cumplirá sus objetivos. De las últimas ocho grandes que ha corrido, sólo en una no ha subido al podio. En una de ellas lo hizo como mejor joven del Tour, pero es un podio y una victoria al fin y al cabo. Ganando dos de ellas, como bien es sabido.
Pero, ¿y si sufre alguna lesión que le impide cumplir los objetivos? La alternativa la pudimos ver en el Tour, con Fuglsang como cabeza de cartel y realizando un papel más que digno, pero sin ese plus que le acerque al cajón. Brajkovic es aún muy inestable.
Y todo gira en torno al líder. Los fichajes han sido por y para ayudarle en sus metas. Ahora el objetivo es el Tour 2014 y por él apostarán al 100%, firmando a todo corredor que necesite para facilitarle la labor. Scarponi es la última muestra. Sky, Saxo Bank y los demás tienen mucha plantilla, e incluso segundos líderes a bordo para poner a prueba al resto.
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