A sus 37 años, el australiano ha vencido el Giro del Trentino, una prueba preparatoria para el Giro, su gran objetivo del año. Pese a que el mundillo le da por una estrella apagada, el ex ganador del Tour de Francia ha demostrado que pese a que efectivamente no parece el de antes, sigue estando muy cerca de los mejores.
BMC confía en él por todo lo que le ha dado, pero también porque con él se aseguran estar con toda seguridad entre los diez primeros de prácticamente todas las carreras en las que sea alineado. Una regularidad que le llevó a la cima del ciclismo durante sus años dorados, sobre todo en un 2011 donde todo le fue rodado.
¿Está acabado Evans? Cualquiera lo diría. Un competidor nato que apenas deja alguna fecha del calendario para no luchar por las primeras plazas. Ya no goza de la explosividad de antaño, donde era capaz de salir a ruedas imposibles, incluso de ganar una clásica como la Flecha Valona, donde ésa siempre ha sido la mayor de las cualidades requeridas. Bien es cierto que ahora no puede realizar esas exhibiciones y debe focalizar sus estados de forma hacia objetivos a su nuevo alcance, algo más modesto.
Enamorado del Tour de Francia, sus ojos están centrados en la actualidad en el Giro, una carrera donde los rivales tienen un rango menor y en el que ha encontrado un hueco para las últimas temporadas de su dilatada carrera. Fue precisamente en la corsa rosa donde inició su relación con el primer nivel, saltando a la fama en la famosa etapa de la Marmolada, de la que salió vistiendo la preciada maglia de líder. Durante muchos años no quiso poner en cuarentena su forma en el Tour y se olvidó de la ronda transalpina, pese a los intentos del Lotto, su equipo entonces, por convencerle.
Logrado el podio por fin en 2013 y tras haber pisado el cajón de las tres grandes, ahora el objetivo es ganar. ¿Será capaz? ¿Está acabado el australiano pese a que se empeñe en demostrar lo contrario? ¡Vota!
L.S.
