El mal momento del ciclismo en España se visualiza en las caídas generalizadas de las audiencias, pero también en la desaparición de carreras, que a su vez caen por la falta de figuras o historia, por la menor financiación del ente público y/o privado, etc. Un efecto dominó que empieza a replantear ubicaciones en el calendario, utilidad de las mismas…
La única que genera un interés creciente es la Vuelta, en clara anteposición a la durísima situación que viven las vueltas de una semana o las pruebas de un día, muy escasas. Sólo Volta, con todos los problemas que ha soportado y salvado in-extremis año tras año, o País Vasco, en el hilo del alambre, han mantenido su caché. Otra que a punto estuvo de desaparecer fue la Clásica de San Sebastián, aguantando gracias a su alineación con la gran ronda vasca.
En cuanto a Castilla y León, sus varios cambios de fecha le han hecho tener suerte variada. La entrada en el accionariado de Contador y su participación le ha hecho tener durante algún tiempo una fama bien labrada, con televisión en directo en su Comunidad.
Andalucía ha ido manteniendo el estatus con mucha habilidad, convirtiéndose en un atractivo banco de pruebas para París-Niza y demás primeros objetivos del año. El buen tiempo de la costa alicantina y con la desaparición de la Vuelta a Valencia ha empujado a todos los foráneos que deseasen competir a la Ruta del Sol. Es así cómo goza de un buen cartel año tras año.
En cuanto a Murcia, su mala gestión ha dado con la progresiva desaparición de la vuelta. Ya es una clásica y crucemos los dedos para que dure. Su vecina Almería sigue en su formato y parece firme, aunque nunca se sabe. La Rioja inició hace años el camino ahora indagado por los murcianos. La Challenge ha comenzado a reducir días en un formato muy atractivo y diferente.
La Vuelta a Asturias ha pasado su momento más crítico. Es la que peores cartas tiene debido a que se sitúa en unas fechas muy malas para atraer figuras. Mayo es mes de Giro, que tampoco tiene una participación muy boyante, o de descanso tras las Árdenas y Romandía y camino al Tour.
Saben que estando encajonados ahí poco futuro les queda, porque sin actores que vendan entradas con su presencia, el cine quedará vacío. Para atraerlas la dirección quiere mover las fechas a agosto, antesala de la Vuelta. Un movimiento muy inteligente, ya que podría juntarse a Burgos, con una salud de hierro año tras año, como preparación con buen tiempo de la gran ronda española.
Y es esa franja la que ahora goza de buena salud, la que permite a los equipos desplazar con calma todo el material y que las estrellas que quieran disputar la tercera grande del calendario lo hagan también en sus bancos de pruebas particulares. Y es que después del Tour todo florece mucho más.
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