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Contador: Diez años después

Arranca la temporada para Alberto Contador. El pinteño debuta en la temporada 2017 con el maillot del Trek Segafredo. Primera carrera de la temporada y primera vez que le veremos con su nueva equipación y  sus nuevos compañeros. También primera piedra del que debe ser su camino al gran objetivo de la temporada: el Tour de Francia.

Parece que fue ayer y han pasado ya diez años de ese primer Tour que un para muchos casi desconocido Alberto Contador, se llevase por delante de Michael Rasmussen, apartado casi al final por su equipo, y de Cadel Evans y su compañero en aquel entonces Levi Leipheimer, que después pasó a ser descalificado por su implicación en el caso de Armstrong.

2007 era un año raro en el mundo ciclista. Con el escándalo de la Operación Puerto en muchas portadas de periódicos, era el segundo Tour post Armstrong. De hecho en el primero, el que ganó Óscar Pereiro, la polémica también estuvo presente pues todos conocemos qué pasó con Floyd Landis y su posterior descalificación.

Alberto llegó ese mismo año a la estructura que dirigía el belga Johan Bruyneel. Curiosamente, gran parte de sus compañeros, lo habían sido hasta un par de temporadas antes de Armstrong, y curiosamente también, lo serían tres años después, ahora en la estructura de Astana, cuando el texano decidió volver a la competición.

Contador en las temporadas anteriores había dado muestra de sus prestaciones como escalador y contrarrelojista bajo las órdenes de Manolo Sáiz, y con 24 años era una de las grandes esperanzas españolas para los próximos años. El madrileño llegó al conjunto norteamericano del Discovery con el objetivo de ayudar a Levi Leipheimer, como jefe de filas, una vez que Ivan Basso no pudo ser el líder del equipo que Bruyneel quería por su implicación en la Operación Puerto.

Contador se sumaba así a una potente plantilla que contaba con hombres como el británico Steve Cummings, el aussie Allan Davis, los americanos Tom Danielson, George Hincapie o Levi Leipheimer, los españoles Egoi Martínez, Benjamín Noval y Chechu Rubiera o el ucraniano Yaroslav Popovych.

Ese año Contador se llevó una etapa de la Vuelta a la Comunidad Valenciana, y una etapa y la general de la Vuelta a Castilla y León. Pero lo que le valió el reconocimiento para optar a disputar el Tour, su primer Tour, con ciertas garantías, fue lograr la general de París Niza en la que además consiguió dos etapas.

En el Tour, el actual corredor del Trek, empezó a destacar tan pronto como llegaba la montaña y sin apenas problemas se adueñó del  maillot blanco de mejor joven. Su baile en la bicicleta, su desparpajo y simpatía, no pasaron desapercibidas ni para la afición, ni para los medios, ni mucho menos para el resto del pelotón.

Sus mano a mano con el danés Rasmussen en los Pirineos, recordaban a los duelos que pocos años antes mantenían Ullrich y Armstrong. El danés de Rabobank, menudo y nato escalador, se defendía bastante bien de los ataques de Contador que día a día mostraba su candidatura a estar en el pódium en París. Sin embargo éste fue apartado por su equipo por las sospechas de dopaje que pesaban sobre él, por lo que Contador de un plumazo se libraba del principal rival que tenía por delante. Sólo Cadel Evans y su compañero Leipheimer amenazaron su victoria.

Luego vino lo que todos sabemos: Más victorias, su doblete Giro y Vuelta en 2008, su segundo Tour con gran parte de sus compañeros trabajando para Armstrong en 2009, sus duelos con los hermanos Schleck, su extraño positivo por clembuterol y su sanción, las Vueltas de 2012 y 2014, sus ataques kamikazes, su pundonor y lucha constante, sus caídas, su forma de reinventarse…

Han pasado diez años y ese Contador de 2007 es muy distinto al de ahora. Ya no es un outsider y no tiene esa explosividad propia de los años subiendo como antaño. Sin embargo, la experiencia como dicen es un grado y eso se nota. El pinteño cuenta con un equipo volcado con él. Zubeldia, Pantano, Mollema, su inseparable Jesús Hernández… no son el bloque de Discovery, pero sin lugar a dudas, están más comprometidos con el ciclista de Pinto de lo que lo estaban algunos corredores en estructuras anteriores.

En ese año ciclista, huérfano sin Armstrong y todavía sin saber quién iba a ganar el Tour de 2006, muchos de los favoritos y mejores ciclistas del mundo no disputaron ese Tour de Francia por la Operación Puerto. No había un referente como ahora lo hay con Froome o Quintana. O como Chaves o Nibali. O el mismo Alberto Contador. Eran unos años de transición.

Diez años después, Contador se enfrenta al reto de volver a ganar el Tour de Francia. Un Tour mucho más difícil, con un ciclismo más igualado en todos los niveles, y con varios rivales que se lo van a poner muy difícil. Y diez años más mayor, no lo olvidemos.

El Tour es el principal objetivo del año. Si hay cambios, será por otro motivo. Pero la temporada empieza y pasa por Andalucía. Alberto sabe muy bien sus objetivos. Es exigente y sensato.

Y espera llegar a julio con opciones reales de ganar la ronda gala. Para él la palabra rendición no existe en su diccionario.

SERGIO ANDRÉS.

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