Daniel Martin, el arte del ataque

Hay escaladores que se definen específicamente por ganar en la montaña. El irlandés sí lo hace, si bien podría levantar los brazos más en caso de que la mala suerte no se los bajase. Es ligero y potente, y además ofensivo, precisamente lo que le aleja del primer puesto. Sin ese tick de arrancar cuando se lo pide el cuerpo y no la cabeza, tal vez tendría un palmarés de leyenda. Pero no sería Daniel Martin.

El ataque es un arte. El de Garmin los colecciona de todos los colores: en los últimos kilómetros, desde lejos, en solitario, con el equipo, en escapada, de poder a poder… Más gloria da perder así que por recurrir al conformismo absoluto.

Sus ráfagas se definen por un estilo muy característico. El enemigo es el tedio, él corre para el ciclismo, para darlo todo. La mayor de sus gestas, no por nombre, ya que tiene etapas en Tour y Vuelta, la Lieja-Bastogne-Lieja… sino por su osadía. Tuvo lugar en la Volta, una prueba que consta en su palmarés. No la ganó por ser el más fuerte, aunque estuvo entre los tres más fuertes de la carrera sin ninguna duda.

Lo hizo por ser el más inteligente, pero sobre todo el más valiente. Por la etapa luchó y la general se encontró. Garmin y Hesjedal capitanearon un grupo de buenos corredores al que Katusha y Movistar no pudieron echar el guante. Alcanzada la subida final se marchó en busca de la meta, sin poder hacer nada Purito, vencido dos veces en el mismo mes por el irlandés.

Al quedarse sin Vuelta, donde estaba peleando la general en buena posición, y sin Mundial, donde volvió a caer, en 2014 le toca brillar en la segunda parte de la temporada. Aunque apostará por el Giro. Que nadie dude que rondará el podio.

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