El ajuste biomecánico

Al igual que yo son muchos los que piensan que la biomecánica más que una ciencia es un arte. Pero que nadie me malinterprete, quiero decir que en el ajuste biomecánico sobre la bicicleta es muy difícil conseguir resultados estándares porque no se basa tan solo en números sino que varía según cada persona.

Por ello todos los procesos del ajuste biomecánico deben de estar planificados con un planteamiento de adecuación unipersonal ya que la morfología y las necesidades de cada persona son diferentes.

El primer paso para llevar a cabo un ajuste de forma óptima es la determinación de los componentes en función de nuestras características y necesidades. De la misma manera que compramos ropa o zapatos de nuestra talla, para realizar un ajuste es lógico que la totalidad de elementos que componen la bicicleta, talla de cuadro, longitud de biela, anchura de sillín, geometría y dimensiones del manillar, longitud de la potencia y de la tija, sean los adecuados para la persona porque tan importante como su correcta colocación es su correcta elección.

Una vez que tenemos los componentes apropiados es posible comenzar a realizar el ajuste más adecuado a la persona para generar el efecto S.E.R (salud, ergonomía y rendimiento). Aunque también es posible, de forma menos eficiente, realizar un ajuste falseado. Se trata de realizar una adaptación de la posición para aquellas personas que ya tienen una bicicleta cuyos componentes no son los correctos para sus medidas antropométricas. Claro está que esta situación no aporta un ajuste máximo de adecuación pero ayuda a mejorar en la medida de lo posible.

También es posible realizar un ajuste especial para personas con discapacidad, adaptándose a su necesidad para que se produzca la posibilidad de funcionar en el medio de la forma más provechosa posible.

Por supuesto importantísimo el ajuste en el ciclismo base, que al igual que los adultos precisa que los componentes se adapten a sus medidas permitiendo la posición óptima. Pero en estos casos debemos tener muy en cuenta que los niños se encuentran en continuo proceso de crecimiento y por tanto es inevitable tener que revisar y adaptar periódicamente los componentes a las dimensiones de su cuerpo que le permitan un desarrollo adecuado, evitando lesiones y mejorando sus capacidades.

Además de utilizar los componentes apropiados debemos tener en cuenta que el ajuste biomecánico precisa de un proceso de adaptación, verificación y modificación hasta lograr la estabilidad funcional de cada ciclista, por tanto se requiere de un periodo de varias semanas de seguimiento para concluir el ajuste.

Últimamente la biomecánica se ha puesto de moda y mucha gente piensa que con unas formulas y unos cuantos consejos de internet son capaces de ajustarse y nada más lejos de la realidad. Es esencial tomar conciencia de la necesidad de ajustar la posición sobre la bici y está bien informarse todo lo posible pero determinar la elección de los componentes en función de nuestras características y mucho más realizar un ajuste requiere de un experto. Por desgracia son pocos los que saben cómo lograr aproximarse a un ajuste óptimo y muchos los que aprovechan el desconocimiento de los ciclistas para lucrarse con un supuesto ajuste.

AMADEO ORTIZ

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