Torrelavega-Picón del Fraile: el árbol de los puertos

De Espinosa de los Monteros parte una carretera local que podemos considerar el tronco de un árbol cuyas ramas son los puertos de Portillo de Lunada, La Sía y Estacas de Trueba, que van a ser empleados en la siguiente propuesta de etapa para profesionales.

La salida de la etapa se ubica en Torrelavega, lugar de nacimiento de insignes ciclistas como Vicente Trueba y Oscar Freire, y que ha organizado con varias salidas y llegadas de la Vuelta a España. Los primeros kilómetros son cómodos, rodando por carreteras nacionales hasta poco después del paso por Puente Viesgo, famosa por su balneario, donde se coge un desvío a la izquierda dirección Selaya, pasando antes por Villafufre y Villacarriedo.

Selaya  disfruta de una situación privilegiada de cara al ciclismo, al contar en sus alrededores con varios puertos, por lo que es un buen sitio como punto de partida y llegada de rutas o cicloturistas o metas de carreras profesionales.

Uno de los puertos que comienzan en Selaya es La Braguía, que con sus 7 kilómetros y su media del 6% es un buen primer contacto con la montaña para la etapa. Su corto descenso situaría a los corredores en Vega de Pas, comienzo de la siguiente ascensión, Estacas de Trueba, la primera de las ramas del árbol que se ascendería durante la jornada. Se trata de un puerto largo, de más de 14 kilómetros, pero con una pendiente no muy elevada, en torno al 5%, aunque sin duda lo que destaca de él son las impresionantes vistas que proporcionan varios cambios de ladera durante la subida.

Un cómodo descenso, y nueva ascensión, en este caso al Portillo de Lunada por su cara burgalesa, que al contrario que en otros puertos limítrofes con la meseta, presenta bastante dificultad, pudiendo ser catalogado de segunda categoría. Su cima marca el retorno a Cantabria y el comienzo de un largo descenso por uno de los entornos más espectaculares de la península, primero vertiginoso hasta San Roque de Riomera y mucho más tendido hasta Liérganes, todo ello por el valle del rio Miera.

Siguiendo el rio se llega a La Cavada, donde se volvería a tomar dirección norte para ascender de nuevo a la meseta. Pero primero habría que abordar el Puerto de Alisas, y no por su vertiente tradicional, si no desviándose por la variante de Ideopuerta, que le otorga más dureza en sus kilómetros iniciales. Rápido descenso hasta Arredondo, inicio del puerto más exigente del día, La Sía.

Al igual que los otros puertos del árbol, tiene una elevada longitud, más de 20 kilómetros, y una pendiente media moderada, en torno al 5%. Sin embargo, su segundo tramo, tras el paso por el Collado de Asón eleva sus rampas medias hasta el 7%, aunque con algún descanso, destacando los últimos kilómetros que superan el 8%. Sin duda, el cansancio acumulado por los puertos precedentes y la continuidad del esfuerzo provocaría una importante selección en el grupo cabecero.

Y este no es el final,  pues un corto descenso, aunque con cierta enjundia, colocaría a los corredores en posición de encarar la subida final al Picón del Fraile, donde se encuentra una base militar que cuenta con un radar para la vigilancia aérea. La subida incluye prácticamente en su totalidad la ascensión anteriormente realizada al Portillo de la Lunada, desviándose de la misma poco antes de su cima para encarar 4 kilómetros y medio a través de una serie de amplias herraduras que van cruzando la frontera entre las dos comunidades autónomas hasta alcanzar la cumbre a más de 1600 metros de altitud. Las citadas instalaciones podrían ubicar el final de etapa, al igual que ha pasado con otras estaciones de vigilancia, casos de Aitana y Morrón de Totana.

En definitiva, una etapa que no llega a los 180 kilómetros pero con un desnivel acumulado cercano a los 5000 metros, donde es probable que sus puertos largos provoquen desfallecimientos y ataques importantes en su tramo final.

DANIEL MATEOS

One Response
  1. Increíble esa zona para andar en bicicleta. Estacas de Trueba es bonito, pero el Portillo de Lunada parece sacado de un cuento de hadas.

    El Portillo de la Sía también es muy bonito, con la cascada en el collado del Asón y las curvas finales.

    Etapa reina de cualquier carrera.

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