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EL TOUR, ATRAPADO

Con la temporada 2019 recién comenzada, las principales figuras en el circuito de las tres grandes rondas por etapas van dando a conocer las opciones escogidas.

Y lo peor, para el Tour en este caso, es que ya cada vez menos gente se sorprende. Lo peor para el Tour es que muchas grandes figuras, con mucho carisma además entre la afición que sigue la competición durante todo el año, no sólo en julio, van alejándose de la ronda gala. Lo peor, para el Tour, es que estas decisiones, lejos de restar el carisma de esos ciclistas, no hace sino acrecentárselo. Buena parte de la afición está reconociendo, premiando y aplaudiendo la personalidad de estos ciclistas que están rompiendo moldes y han decidido no participar en el otrora Su Excelencia El Tour de Francia.

Hace bien pocos años esto hubiese sido inimaginable. Estos corredores hubieran sido calificados de cobardes; de no atreverse con la ronda gala. De que acudían a otras “rondas menores” porque se veían inferiores en el Tour y de esa manera, con esas carreras menores, tenían algo que llevarse a la boca los pobrecitos.

Y lo peor, nuevamente para el Tour, es que la ASO poco puede hacer ante ello. ¿Por qué? Porque se encuentra absolutamente atrapada.

El pasado mes de junio, a falta de sólo 6 días para el comienzo de la edición del Tour 2018, ASO lo intentó. Pretendió que Chris Froome no fuese de la partida en su carrera estandarte. Pero de repente, lo que llevaba desde diciembre de 2017 sin resolverse, el positivo por salbutamol del británico en la Vuelta 2017, se resolvió en unas horas. En escasas horas se tomó una decisión que nadie osaba anunciar por el consabido desgaste que iba a conllevar. Pero ante el envite del Tour, no hubo otro remedio que hacerla pública, porque tomada…. ya hace tiempo que estaba.

La decisión de la UCI, presidida por el francés Lappartient, fue que el Tour debía comerse, con patatas, a Chris Froome en su listado de participantes…

El otro día surgió el debate entre quienes colaboramos en esta revista. ¿Está en manos de la ASO el hacer del Tour de Francia una carrera más atractiva? ¿Una carrera menos aburrida, con un desarrollo más imprevisible, sin ese dominio de Sky que actualmente la convierte casi en insufrible para la afición? ¿Puede hacer algo realmente el Tour? ¿Está verdaderamente en su mano?

Se habla de favorecer más a los contrarrelojistas. Sin embargo, el resultado de la contrarreloj “larga” (es un decir) de la pasada edición del Tour, la disputada entre Saint Pé sur Nivelle y Espelette, no parece corroborar esa afirmación. Del tránsito que se hace por los grandes cols del Tour con Sky comandando el pelotón, bien poco debate tampoco puede haber.

Algunos hablan de que se ha recurrido en esta próxima edición a que el pelotón pase por zonas de mucha altitud. Experimentar a ver cómo reaccionan algunos organismos en ese “hábitat”, y a ver si desde ahí podemos esperar alguna sorpresa. Sin embargo, el Tour ha renunciado al pavé, salvo el que se presume como simbólico paso por el Kapelmuur durante la primera etapa a 120 kilómetros de meta. Ha quitado algunos elementos que podían añadir cierta dosis de imprevisión al desarrollo de la carrera.

La conclusión a la que llegamos en el chat de miembros de esta revista es que el Tour bien poco puede hacer para luchar contra esta desbandada que sufre por parte de buena parte de las figuras actuales. El Tour se encuentra atrapado por una pinza. Por un lado, la que ejerce la UCI junto con Sky, el equipo que ha decidido que sea la ronda gala el máximo escaparate de toda su parafernalia. De otro lado, el hacer un recorrido reconocible y aceptable en los parámetros en los que se desenvuelve el ciclismo en su momento histórico actual.

Subyugado por esa pinza, quizás al Tour no le quede otra que esperar tiempos mejores. Desear que el efecto de constreñimiento de esa pinza desaparezca cuanto antes. La ronda gala está de esta manera anquilosada. No le queda otra que refugiarse y hacer ostentación de su gigantismo y de su historia. Pero detrás de esa fachada hay muy poco contenido vital. Muy poco alimento para saciar a los aficionados de hoy en día. Incluso Bernard Hinault ya se manifestado en más de una oportunidad en este sentido.

Pero no hay mal que por bien no venga.

La próxima edición del Giro de Italia suscita ilusión. No sólo el trazado, que es la parte que corresponde a los organizadores. Tom Dumoulin, Primoz Roglic, Vincenzo Nibali, Simon Yates, Miguel Ángel López, Mikel Landa, Alejandro Valverde…ya han anunciado su presencia en la corsa rosa. El cartel ilusiona porque, de entrada, se intuye combatividad, alternativas, emoción… que es lo que busca la afición. La sinergia entre unos y otros lo ha conseguido.

Y buena parte de la afición lo estamos reconociendo y aplaudiendo.

RAÚL ANSÓ ARROBARREN

@ranbarren

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