En su evolución se confía. El vasco sigue su evolución y roza los primeros puestos, incluso el podio, en este comienzo de temporada. En Andalucía Ion estuvo sobresaliente y sólo un excepcional Valverde le alejó del podio. París-Niza supuso una pequeña decepción, puesto que el menor no estuvo muy fino en un recorrido que le iba bastante bien. En cambio, el perfil suave de la carrera benefició a Gorka, que finalizó 12º pese a trabajar a destajo por el podio de Rojas.
Son los dos únicos jóvenes que han despertado un mínimo de esperanza de futuro. Landa, Fernández -aún es pronto para juzgarle-, los Herrada o Intxausti, el relevo natural de Valverde o Purito, no están teniendo un principio de año destacado. Cerca de la primavera y los primeros momentos clave del curso ciclista, deberían haber mostrado algo más.
Ion y Gorka son de la clase de corredores capaces de estar presentes de febrero a octubre y es el perfil que precisamente hace falta en un ciclismo donde se aproximan años de oscuridad. Aunque esa versatilidad que disfrutan puede tener un hándicap importante y que se ve reflejado en un refrán muy claro: el que mucho aprieta, poco abarca.
Ambos serían muy buenos en las clásicas y pruebas de corta duración. Pero hay que verles en las de tres semanas. Estando en Movistar, ellos mismos han elegido el camino y poco a poco tenderán a las generales. Para ello han entrenado este invierno y esa será la vara de medir su triunfo o fracaso en su evolución.
Ph: Movistar
¿ya empezamos?
¡tres de humo y cafelito mediano con tostadas!
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