Cuentan que esa cantidad fue la que solicitó a su equipo, el RadioShack para renovar. Un montante inaccesible para alguien de 42 años y que sólo ha acumulado 5.500 kilómetros y 35 días de competición en 2013. Por poner un ejemplo, Contador acumuló más distancia y días que el americano en 2012, sanción mediante.
Con ese caché no negociable y autoimpuesto, se ha cerrado las puertas de todos los equipos del máximo nivel, ya que ni siquiera la publicidad que da el poseer al ganador de la Vuelta resulta rentable en esas cifras. Nadie asegura, además, que vaya a poder lograr semejante proeza de nuevo. De hecho, tardaremos muchos años en volver a ver algo así.
Si este mismo caso se hubiese dado a una edad temprana (o más común), serían varios los equipos que pujarían por él a cualquier precio, ya que ese precio sería cuestión de tiempo que algún otro rival se lo diese. No es el caso y en un mercado que está pasando por los problemas que todos conocemos, su exigencia está fuera de lugar si lo que desea es seguir compitiendo al máximo nivel.
Aún queda un mes en el que si baja sus pretensiones tal vez a alguna escuadra le rente tener al dorsal número uno de la próxima Vuelta. En caso contrario, tendrá que colgar la bicicleta, algo que por edad no sería nada descabellado. Impensable hace algún tiempo el llegar con esta edad a ser competitivo. Indurain, el mito más reciente que podemos tener de referencia, se retiró con 32, diez menos que Horner.
Más noticias:
Pinot toma el testigo de Sandy Casar
Ion Izagirre, hombre de clásica
Nairo Quintana, el miedo a ganar
Delgado, Pino y el pendiente de Millar
Recorridos: descendiendo el río Sil
Purito y los viajes muertos a la orilla
Jens Voigt, el pacto con el diablo
Jesús Ezquerra, el ejemplo del mal momento