Ya desde la época de Quick Step, el conjunto belga ha estado en busca de hombres que les mejoraran su rendimiento en las rondas de tres semanas. Desde Mercado a Urán, pasando por José Rujano. Hasta ahora todos sin éxito, pasando sin pena ni gloria por un equipo que se ha obtenido más réditos en las pruebas de un día y las victorias parciales.
Como buen ‘heredero’ de Mapei, las clásicas y ganar etapas ha sido casi una rutina para Quick Step y Omega-Pharma. La magia de aquel equipo fue que lo combinaban con aspiraciones de grandes rondas, con ciclistas como Rominger, Olano o Tonkov que les hacía subir a podios o, incluso, ganar grandes vueltas.
Pasó el tiempo y no acertando con los fichajes, o no respondiendo éstos de la manera que lo hicieron en otros equipos, los técnicos fueron dirigiendo sus esfuerzos a las pruebas de un día. Era lo fácil, teniendo en plantilla a gente tan versátil como Boonen o Bettini, capaces de batir al sprint a cualquiera, pero con piernas para lucir en Mundiales o Monumentos.
Ahora parece que la dinámica quiere volver a cambiar, que Omega-Pharma quiere abrir una nueva vía de ampliar su presencia en las mejores carreras. Tienen todavía a Tom, toda una leyenda, tienen al mejor contrarrelojista de los últimos tres años, al considerado mejor sprinter del momento, Mark Cavendish.
Parece que ello no es suficiente y la aspiración de convertirse en el mejor conjunto del mundo es ya una realidad. Urán tiene la clave para lograrlo o no. De su rendimiento dependerá que completen esa flaqueza o no.
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