Vuelta a España 1983. Se han estrenado los Lagos, se ha pasado por los Pirineos. Tenemos un campeonísimo francés (Hinault) que está siendo derrotado por los naturales del lugar. Sobre todo por Gorospe, un rodador que había aguantado a Hinault, Lejarreta, etc. en la montaña. Y llegó la gran etapa de la carrera. Fué en la Sierra de Gredos.
Por primera vez se ascendían una serie de puertos que entre 1983 y 2010 se han repetido de una u otra forma en diferentes etapas de la Vuelta a España. Peña Negra, el Pico (no puntuable por esa vertiente) Serranillos y Navalmoral. Luego se sumarían otros, como Mijares, Cruz de Hierro o el Mediano. Pero en la etapa que pasó a la historia, esos 4 eran los protagonistas.
Hinault necesitaba sacar tiempo, porque era prácticamente la última etapa de montaña de la edición. Y no era fácil, pues los puertos, aun largos, eran (y siguen siendo) bastante tendidos. Pero el ritmo impuesto desde la salida por su equipo hizo que se pasara muy rápido por Peña Negra y que Hinault lanzara su ataque desde el inicio de Serranillos. Sólo Vicente Belda aguantó su rueda, y juntos hicieron camino mientras Gorospe hacía que todos los aficionados descubrieran el significado de “pájara”.
No fué la única vez que la Sierra de Gredos fué determinante para la clasificación final de la Vuelta. Hubo que esperar hasta 1995, pero fué otra gran etapa de ciclismo. Con el mismo recorrido, la ONCE planteó una batalla desde lejos y consiguió que Laurent Jalaber se marchara en solitario. Por detrás no hubo fuerzas ni intención para atraparlo. Pero la ventaja obtenida fué más que suficiente para asegurarse su triunfo en la clasificación general.
Desde 1983, año de su estreno, hasta 2013, la vuelta pasó hasta en 12 ocasiones por Serranillos, Navalmoral 14, Mijares en 8….y sin embargo desde 2012, la carrera no ha vuelto a atravesar por estos puertos. Quizás la necesidad de buscar nuevas zonas lleva al organizador a dejar de lado clásicos como éstos. Pero en los 80 años de historia de la Vuelta, al menos 20 años han estado protagonizados por esta sierra que se merece aparecer en todo su esplendor.
Foto: Pedro M. Labrada
