El esloveno firmó por Astana con la intención de volver al primer plano del ciclismo, ese al que parecía aspirar con todas sus fuerzas cuando irrumpió con fuerza en 2006. Tras finalizar entre los diez primeros del Tour de 2012 y lucir el maillot rojo de líder de la Vuelta 2013, ahora se le espera como una alternativa a su líder, Nibali, en las grandes en las que el italiano no compita.
Si nada cambia, el ex de RadioShack abrirá la formación de los azules tanto en Giro como en la Vuelta, si bien aún está por decidir si acude al Tour en ayuda del gran capo de Martinelli o no. En principio parece que el plan es dedicarle a labores mejores, puesto que con la presencia de Scarponi, Landa, Fuglsang, Tiralongo… parece que hay garantías suficientes como para poder cubrir un mayor porcentaje de calendario.
Visto que su madurez está muy próxima, sólo preocupa su fragilidad. Es propenso, por lo acontecido durante estos años, a las caídas o infortunios, algo que preocupa. Si se mantiene sin problemas es un serio candidato a mantenerse entre los primeros de las generales, como ha hecho cuando así ha sido.
Regular y sufrido en montaña, muy bueno contrarreloj, cumple con los cánones de candidato al cajón de cualquier gran vuelta. Otro hecho es que las grandes se adapten en estos momentos a las cualidades de los tipos completos y regulares.
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