La Vuelta a España no reducirá a corto o medio plazo su duración. Conforme ha anunciado en más de una entrevista Javier Guillén, director general, desde la organización de la carrera se defiende la posición igualitaria de la prueba con respecto a las otras dos grandes vueltas. Sí se abre el debate sobre la extensión de las mismas, aunque en caso de tomar una decisión sería de aplicación global y no únicamente sobre la española.
El debate sobre los cambios en el ciclismo siempre ha estado abierto, más aún sobre la Vuelta, carrera que al ser la más joven de las tres grandes y sufriendo cambio de fechas reciente, ha sido hasta hace no tanto tiempo la más ‘maleable’. El Giro tiene su historia y el Tour su grandeza: son intocables.
La Vuelta poco a poco también, ha encontrado su sitio y en él se encuentra cómoda, creciendo en muchos aspectos de edición en edición. Apoyada, sobre todo, en una celebración posterior al Tour y anterior al Mundial, lo que le ha facilitado una gran participación y mejora en las condiciones climatológicas con respecto al mes de abril y mayo. Sin ir más lejos, el Giro tuvo que reducir sus etapas reinas a la mínima expresión debido a las fuertes nevadas que tuvieron lugar durante el mes de mayo.
La grandeza del Tour y el poder que ha adquirido en los últimos años ha abierto la necesidad de sus compañeras/rivales de buscar soluciones para restarle brillo y adjudicárselo a sí mismas. La reducción de días supuestamente podría convencer -al menos teóricamente- a más de un gran capo del ciclismo actual a disputar dos grandes vueltas con vista a ganar. He ahí el debate. Ninguna de las tres está dispuesta a ceder.
Con la unión entre Tour y Vuelta la que ha perdido rueda es la italiana, que se ve en serios problemas para contar con una participación a la altura. Incluso su modelo de grandes montañas ha dejado de estar presente, y no de manera casual. Si la duración de la corsa rosa fuese de dos semanas, ocuparía un lugar intermedio entre el Tour y otras de una semana como la Vuelta a Suiza o la Dauphiné. Sería un paso que dejaría el camino libre a ASO, pero los italianos nunca aceptarían si la Vuelta conservase su extensión.
Si así llegasen al acuerdo, quedaría un panorama con una grande y dos rondas intermedias. Bueno para la carrera del mes de julio. Pero a día de hoy no es RCS ni el Giro una amenaza, por lo que la ronda española puede respirar muy tranquila.
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