Son dos, y entran más en el concepto de “semi-clásicas” que en el de clásicas. Pero son dos grandes carreras con un palmarés de lo más granado. Serán la primera piedra de toque para los especialistas, con muchos de ellos haciendo doblete. Son ambas carreras que se corren en Bélgica y que pasan por muros y tramos de pavé que se atraviesan en el Tour de Flandes. Son Het-Niewsblad y Kuurne-Bruselas-Kuurne.
Comenzamos por la Kuurne, una carrera que en los últimos años ha ganado gente de mucho nivel, con Boonen a la cabeza. Cavendish, Sutton y Nuyems son otros de los ganadores de las últimas ediciones. Su perfil, con 50 kms finales básicamente llanos, favorece el movimiento en los muros de pavé (se superan 9, con el Viejo Kwaremont como punto clave, a 60 kms de meta) para que se conformen fugas que escapen el control del pelotón. No siempre se puede, por lo que el vencedor suele ser un hombre especialmente rápido. La nómina de velocistas da miedo: Boonen y Cavendish en Ettix-Quick Step, Kristoff en Kathusa, Greipel en Lotto, Vanmarcke en Lotto-Jumbo, Van Avermaet en BMC, Bouhanni en Cofidis… muchos candidatos a la victoria final tras 199 kms de recorrido.
La Het Niewsblad es la heredera de la Het-Volk. Una carrera que en los últimos años han ganado corredores como Flecha, Vanmarcke o Stannard, y que suele decidirse en una escapada. Su perfil es más exigente que el de Kuurne, con 11 muros el último a 35 kms de meta. Y tras este, todavía tres tramos de pavé, el último a 20 kms de meta. El muro más exigente es precisamente “El Muro” de Grammont o Kappelmuur, donde durante tantos años se decidiera el Tour de Flandes, con rampas al 14%. Sin embargo se pasa a más de 100 kms de meta. El último de ellos, Molenberg, tiene rampas hasta el 15%.
Conscientes de ello, los sprinters más puros dejan de lado esta prueba, y repiten los más clasicómanos: Wiggins, Boonen, Van Avermaet, Gilbert, Vanmarcke, Kristoff…otra gran carrera con una gran participación y con un desarrollo siempre emocionante.
