El francés fue una de las grandes sorpresas en la París-Roubaix, subiendo al podio del velódromo y rompiendo con una racha del pelotón galo de quince años sin pisarlo. El de Europcar cambia de equipo aludiendo falta de confianza y estancamiento.
Algo que no deja de sorprender dentro de un equipo Continental como el capitaneado por Thomas Voeckler y que no tiene otro líder al que apoyar en las clásicas del norte. Esa sensación de que no confiaban en sus posibilidades le provocó una parada en su ambición, pese a que en Roubaix confirmó buenas sensaciones en 2013.
Pero un ciclista joven que finaliza segundo en una carrera legendaria no debe aspirar a menos. Eso da muestras de que el corredor de Limoges tiene carácter y las ideas claras. Ahora con las aspiraciones de Europcar de dar el salto al World Tour, lo fácil hubiese sido esperar a encontrar en lo fácil la oportunidad, que surgiría.
Ahora en AG2R no sólo tendrá la confianza de su equipo, sino que correrá con ganas de demostrar a su antiguo equipo el error. Por otra parte, no es este un conjunto especializado en este tipo de carreras y no contará con demasiado apoyo de calidad en ellas.
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