Bonificación: premio de una prueba deportiva. Así lo recoge el diccionario de Word Reference a través de un ejemplo curiosamente ciclista. Un premio que perjudica en ocasiones, pero beneficia en otros a que el espectáculo tenga lugar, a que acontezca. Son amigas, no cabe duda, del ciclista rápido, escalador y especulador.
Se suele pensar que los segundos de premio existentes en las vueltas por etapas benefician al espectáculo. Por un lado, es cierto. Los favoritos que tienen buena punta de velocidad en ciertos finales de etapa buscan que la carrera siga emocionante, que el triunfo parcial no se regale y éste recaiga en un hombre ilustre. Hasta ahí, la teoría.
La práctica ofrece un análisis diferente. En algunos casos sí se produce lo que se predice, pero en la mayoría de los casos las fugas llegan porque los rivales de dichos equipos con hombres rápidos que pelean las generales no colaboran en la persecución. Es más, les interesa que se cubran esos tres primeros puestos que suelen dar lugar al premio de los segundos de bonificación para que los favoritos rápidos no sumen.
En un ciclismo que cada vez mide más las diferencias en segundos, hacer que los líderes puedan recurrir a esos pequeños bocados artificiales puede no ser la mejor idea. Puestos a que gane el más fuerte, que lo haga, que busque la diferencia en el ataque, en cierto riesgo para poder premiar también al más valiente, que es el que realmente carda la lana, el que rellena portadas y genera aplausos entre el público.
Las vueltas deberían tener en cuenta esos aspectos, aunque el paradigma teórico les ampare y les dé la razón. Pero cada vez estamos viendo que los grandes no ganan etapas, que se centran en victorias globales, despreciando las parciales. Y eso está restando mítica a muchas etapas como los Lagos de Covadonga -junto a más motivos- o Alpe d’Huez, donde desde Carlos Sastre no gana ningún gran escalador. En los Lagos podríamos contar desde que Mercado se impusiera en 2001.
Por contra, hay situaciones en las que las bonificaciones pueden ayudar. Medida en segundos una diferencia entre el primero y el segundo con ambos entrando prácticamente de la mano en meta puede hacer que se dispute la victoria para no perder la general.
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