Protagonista por partida doble en la etapa, el ascenso al Monte Castrove será la máxima atracción de la jornada. A diferencia de su anterior paso en la crono de Pontevedra de 2012, la organización ha escogido para esta ocasión una vertiente más corta y empinada con poco más de 6 kilómetros al 7,3% de media. En el primer paso, si hay ritmo, la criba en el pelotón puede ser importante de cara a un ascenso final que se nos antoja explosivo. Y como mudo testigo de las hostilidades, el incomparable marco de la Ría de Pontevedra.
Martín Cervan
