Durante la pasada Vuelta a España, el equipo Lotto-Belisol sufrió una terrible, curiosa y sorprendente anécdota que fue motivo de broma y superstición para todos los miembros no sólo del staff ciclista, sino técnico.
La maldición consistía en que todo aquel que se sentase en el lado izquierdo del autobús sufriría una terrible caída y tendría que abandonar. Tal fue la psicosis que durante media carrera, tras ver marcharse a todos los compañeros que fueron pasando por esa hilera de butacas del lado izquierdo, y tras relacionar los hechos, nadie más se sentó allí.
Aparentemente nadie se lo tomaba en serio. Bromas, fotos subidas a redes sociales, pero nadie los utilizó más. Desde que este hecho se produjo, no hubo más retirados en el equipo. Los cuatro corredores restantes finalizaron la Vuelta en Madrid con normalidad.